IDíPUS TYRANNOS: LA CONSPIRACION DE LAS MUJERES

de Sófocles

(Versión de Iánnis Zómbolas)

 

“El Yo, pura impostura, se destruye a sí mismo cuando busca su verdadera identidad y se pregunta ´¿Quién soy yo?´. Queda entonces la Realidad, que es, simplemente, la ausencia del Yo.”

Sri Ramana Maharshi (místico hindú)

 

“En la intimidad de su habitación, Ismena, una joven argentina de origen helénico, hojea una versión trilingüe (griego antiguo, griego moderno, español) de “Edipo Rey” de Sófocles, editada con resúmen argumental y comentarios en castellano. Sobre las líneas impresas del texto, su mente va superponiendo involuntariamente los recuerdos de infancia y de su propia herencia cultural: el hogar, las colectividades, la Iglesia, la taberna, las danzas y las canciones, los periódicos y las enciclopedias... Así como Edipo busca valientemente su identidad en procura del bien común, Ismena va revelándose a sí misma su propio rostro. Y en esta identidad del griego actual de la diáspora se va reflejando asimismo el occidental de fin de milenio, sus fracturas y su posible solución: la fórmula griega, la perenne cultura de los contrastes y las armonías... Un arcano luminoso, una promesa.”

Iánnis Zómbolas

La obra fue estrenada en Buenos Aires el 10 de agosto de 1997 ante miembros de diversas entidades e instituciones griegas con muy buena repercusión y en el marco de la Unión Helénica Peloponense. Luego de otras dos funciones en colectividades porteñas (Panelínion y Palermo), comenzó a representarse semanalmente a todo público el 5 de Octubre en la Sala Ranchería del Monumento Histórico Nacional de la Manzana de Las Luces (Perú 272, Buenos Aires), en donde se representaron un total de cincuenta funciones hasta noviembre del año siguiente, dos de ellas para escuelas, y algunas, en verano, al aire libre y con antorchas en el Patio de los Representantes.

 

El espectáculo gozó de una muy buena acogida por parte del numeroso público asistente –la mayoría sin la menor noción del idioma griego-, y de los pocos representantes de la crítica especializada, quienes vertieron los siguientes conceptos:

 

“Excelentes actuaciones de tres apasionados defensores de la cultura griega”

(Martín Correa Urquiza, Magazine Plus, 5-12-97)

 

“Una lectura dinámica de la obra de Sófocles. Es entretenida y hace pensar”

(Chris Moss, Buenos Aires Herald, 17-2-98)

 

“Una propuesta accesible para quienes no saben ni una palabra de griego”

(Pablo Zunino, La Nación, 29-11-97)

 

“Excelente representación de Idípus Tyrannos, con un reparto excepcional”

(Alicia Fernández, La Hora de Grecia, Radio Municipal, 14-9-97)

 

(Para críticas completas: CRITICAS IDIPUS )

 

 

El espectáculo contó con el auspicio de las siguientes entidades:

CONSULADO GENERAL DE LA REPUBLICA DE CHIPRE EN LA ARGENTINA

CARIATIDE, ASOCIACION ARGENTINA DE CULTURA HELENICA

UNION HELENICA PELOPONENSE “O GUEROS TU MORIA”

ESCUELA MUNICIPAL N°3 DEL DISTRITO ESCOLAR N°16 “GRECIA”

ASOCIACION “LA COLECTIVIDAD HELENICA”

COLECTIVIDAD HELENICA”PANELINION”

ASOCIACION DE SOCORROS MUTUOS “SAN DEMETRIO”

FUNDACION TEODOSIO MARANGOS

INSTITUTO GRIEGO “ATENAGORAS I” DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

INST. PRIVADO DE LA COLECTIVIDAD HELENICA DE ENSEÑANZA PRIMARIA

 

 

FICHA TECNICA

TITULO:              Idípus Tyrannos

SUBTITULO:       La Conspiración de las Mujeres

AUTOR:              Sófocles (Siglo V  A. de C.)

ADAPTACION:     Iánnis Zómbolas

GENERO:           comedia dramática musical

IDIOMAS:            griego clásico, griego moderno y castellano

                              (en una proporción aproximada de 5%, 35% y 60%)

DURACION:         80 minutos

ACTORES:         Jerry Brignone  (Idípus – Edipo)

                              Helena Barakovic  (Iocásti – Yocasta)

                              Carla Cincioni  (Ismíni – Ismena)

MUSICA:               jasápicos, kalamatianós, tsiftetélis, cantos bizantinos,

                              canciones populares y monodias folklóricas de

                              Stávros Xarjácos, Barba Mitsos, Basílis Dimitríu,

                              Iórgos Daláras, G. Papaguianópulu y temas populares

ESCENOGRAF:  equipos de iluminación y sonido propios en un espacio

                              escénico reducido, operado por los actores

REALIZACION DE ESCENOGRAFIA Y VESTUARIO:

                              Carla Cincioni

IDEA Y DIRECCION GENERAL:  

                              Jerry Brignone

 

 

(Antes de comenzar el espectáculo, el público recibía un programa de mano con el resumen argumental de la obra, algunos de los textos e información arriba detallados, y la traducción de la canción “To Peproméno” -El Destino- que se escucharía dos veces durante la representación. Al finalizar el espectáculo, los actores bajaban del escenario e invitaban a los espectadores a tomar juntos una copa de ouzo, prolongando la tertulia)

 

Para el texto completo con fotografías de la obra:

TEXTO IDIPUS

 



RESUMEN ARGUMENTAL

La acción comienza muchos años atrás, cuando el rey Layo de Tebas, descendiente de Cadmo, recibe del divino oráculo de Delfos la profecía de que un hijo suyo y de su esposa Yocasta algún día lo matará y se acostará con su madre. Cuando tal niño nace finalmente, Layo, para evitar que se cumpla el vaticinio, ordena dejarlo en las montañas, con los pies ensartados en un garfio. El siervo encargado de tal faena se apiada del infante, y se lo entrega a otro pastor de Corinto, quien se lo ofrece a su vez a Pólibo, su propio rey. Pólibo y Mérope, su esposa, no pueden tener hijos, de modo que adoptan al niño como propio y lo nombran Edipo ("el de los pies defectuosos").

  Años después, en una ocasión el príncipe Edipo escucha decir que es adoptivo, y acuciado por esta posibilidad, acude al oráculo de Delfos para conocer la verdad. Este, en vez de contestarle, le predice que matará a su padre y se acostará con su madre. Edipo se aleja de Corinto para evitar que la profecía se cumpla, y en el cruce de tres caminos se encuentra con un carro y una comitiva que conducen a un anciano, el cual intenta sacarlo violentamente del camino. Edipo los mata en defensa propia, sin saber que el viejo era el mismo Layo, su padre natural. Sólo llega a sobrevivir y huir uno sólo, casualmente aquel pastor que le salvó la vida al nacer. Más adelante, se encuentra con la Esfinge, un monstruoso ser que acosa desde hace rato a la ciudad de Tebas, matando a todos los que encuentra, después de haberles hecho una pregunta que no pueden descifrar. Edipo descifra de hecho dicha pregunta, y la Esfinge se precipita desesperada en el vacío.

Cuando llega a Tebas, es aclamado como salvador de la ciudad por su victoria sobre el monstruo y, porque el viejo rey ha muerto lejos de la ciudad, se lo nombra a Edipo el nuevo rey, y desposa a la viuda Yocasta. Con ésta, su propia madre natural y sin saberlo, procrean con el tiempo a dos varones, Etéocles y Poliníces, y a dos mujeres, Antígona e Ismena. Los años pasan en la mayor felicidad conyugal y del reino, hasta que súbitamente se abate sobre la ciudad una tremenda peste. Y aquí es donde da comienzo la acción de la tragedia propiamente dicha.

El pueblo pide a Edipo una solución a la terrible plaga, y él les anuncia que, por consejo de su cuñado Creón, mandó a preguntar al oráculo qué ha de hacerse. Creón vuelve con la noticia de que la ciudad está pagando por el asesinato de Layo, todavía impune, y que sólo podrá librarse de la peste con el castigo de los culpables. Edipo condena terriblemente a los asesinos, y anuncia su voluntad de encontrarlos.

Para ello, manda a buscar al ciego Tiresias, el sacerdote del oráculo, con la esperanza de que él pueda revelar la identidad del asesino. Tiresias quiere abandonar todo el asunto, y ante las presiones e insultos de Edipo, revela finalmente que éste es el asesino, y que vive en la infamia, él y su familia toda. Edipo echa a Tiresias, convencido de que todo aquello es una conspiración tramada por su cuñado para quedarse con el trono. Acusa y amenaza de muerte a Creón, pero a falta de pruebas, debe retractarse.

Cuando Yocasta viene a enterarse del motivo de tanto alboroto, Edipo la pone al tanto. Ella le dice que no tema los oráculos, ya que éstos predijeron la muerte de su marido a manos de su propio hijo, y que uno murió de bebé, y el otro a manos de forajidos en un cruce de tres caminos. Edipo se inquieta, asocia las palabras de Yocasta con la experiencia que viviera, y le confiesa las profecías por las que él mismo huyera de su patria y la fatal reyerta que tuviera antes de llegar a la ciudad. Con la ilusión de que hubiera algún gran error, manda a llamar al único sobreviviente de la matanza.

Mientras Yocasta hace ofrendas a los dioses con la esperanza de que todo llegue a un buen fin, recibe la visita de un mensajero de Corinto, que trae la noticia de que Pólibo ha muerto y que han nombrado a Edipo rey de esas tierras. Se convencen así de que los oráculos no han tenido el más mínimo valor. Para terminar de calmar a Edipo, el mensajero de Corinto le revela que él no es hijo de Mérope y Pólibo, y que, no habiendo entonces peligro de incesto, no debe de temer de volver a su patria. Le cuenta cómo él mismo lo recibió recién nacido de manos un pastor de Layo. Edipo, intuyendo la verdad, interroga a Yocasta, pero sólo consiguen disputar, y ella retirarse fuera de sí.

Comparece el viejo pastor, y finalmente, ante las preguntas y amenazas de Edipo, se revela toda la verdad. El rey se retira enajenado, y al rato un mensajero, lleno de horror, cuenta cómo Yocasta se suicidó ahorcándose y cómo Edipo con unos broches de las prendas de ella se destrozó los ojos. El rey aparece, lamentándose, y le pide a Creón ser expulsado de la ciudad. Pero Creón, ante la conmoción general y en vista de las circunstancias, prefiere dejar toda decisión en manos del oráculo.

Los males de la familia real no cesarán. Así como Edipo, cubierto de ignominia y cegado por sus propias manos, carga con la muerte de su padre Layo y de su madre Yocasta, sus hijos Etéocles, Poliníce y Antígona morirán trágicamente en obras subsiguientes, y Creón, hermano de Yocasta, verá cómo su esposa Eurídice y su hijo Hemón siguen la misma triste suerte. Solamente Ismena, el único miembro de la familia que decide no dejarse llevar por la pasión de la imagen, sobrevive como testigo a todos estos males.

 

Para el texto completo con fotografías de la obra:

TEXTO IDIPUS