La Revolución anti-Romana
El Card. Ratzinger, O, R.,
4.3.2000, no quiere que: «... la única Iglesia Universal
sea tácitamente identificada con la Iglesia Romana...».
El Card. Ratzinger, “El
Nuevo Pueblo de Dios” ed. Herder II parte capítulo
4: «... los Patriarcados deben su origen a un privilegio no romano...
Lo que yo quería poner en evidencia, es que Roma a este nivel
no tiene ningún otro derecho sobre los otros patriarcados...ningún encargo
de administración central...» (pág.149).
El Card. Ratzinger cita a
Antelmo de Havelberg definiéndolo “grandioso”: «... ahora la Iglesia romana... se
ha separado de nosotros atribuyéndose como
la monarquía.. La Iglesia de Roma ha tomado desde siempre en Occidente...
un rango mucho más allá de cuanto era indicado por el Primato
petrino... el enganche de todo el Occidente en la liturgia de la ciudad
de Roma... por lo cual desaparece cada vez más el plural de eclessiae...
la ciudad de Roma incorpora todo l’Orbis latino... todo Occidente...
pierde siempre más la antigua estructura de la unidad en la
pluralidad el ejemplo más evidente es la inversión de la relación entre
Patriarca y Cardenal. El cardenalato es una institución de la ciudad
de Roma... el patriarcado es una institución a nivel de Iglesia universal.
El cardenalato se presenta
ahora siempre más como un oficio
de Iglesia Universal». [El
Card. Ratzinger en lugar de reconocer la obra de la Providencia la condena]:
«...justamente porque la Iglesia Universal se identifica con la
Iglesia de la ciudad de Roma... a partir del siglo XIII el cardenal es superior
al patriarca ... en la unidad de la única ecclesia debe alcanzar su
espacio lo plural de las ecclesiae: solamente la fe es indivisible... todo
lo demás puede ser dividido (sic)... la imagen del centralismo estatal...
no nace del oficio de Pedro...
«El derecho eclesiástico
unitario, la liturgia unitaria, la unitaria atribución
de las sedes episcopales por partede la central romana, son todas
cosas que no resultan necesariamente del primado como tal...
«Se deberían... crear
nuevos patriarcados sin más consideración que incorporados
en la Iglesia latina (romana). La unidad con el Papa no significaría
más entonces que unirse a una administración unitaria... la
unión con Roma en la estructura... podría ser entonces tanto impalpable como
en la Iglesia antigua» (pág. 150-160 ). [El Card. Ratzinger llega
aquí a “volatilizar” Roma].
El Card. Ratzinger ha
creado una (suya) Iglesia Universal: «... la gran Iglesia
ideada por Dios» O. R., 4.3.2000, que comprende
según él dos Iglesias: 1) La
Iglesia Romana, 2) Las verdaderas (sic) Iglesias
particulares que según el texto de la Dominus
Jesus, son aquéllas que tienen la Sucesión
Apostólica y la Eucaristía válida, por
ejemplo los ortodoxos y eventualmente la
Fraternidad San Pío X. El Papa
ejercerá el primado sobre las dos.
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Cambiar el Papado, o sea
la Revolución anti-papal
El
Card. Ratzinger O. R.,
2.12.1996, Actos del “Simposium sobre el sucesor
de Pedro”: «...
individualizando así lo que ha sido considerado “depositum
fidei” durante el primer milenio sobre el primado... distinguir
en el ministerio petrino la sustancia... de las formas concretas de
su ejercicio... distinguir... lo que es necesario e irrenunciable de lo que
es accidental y no esencial».
Comisión oficial mixta
anglicano y católico romana, 1999, “Il Regno, noviembre
1999”: «El don de la
autoridad... el ministerio del Obispo de
Roma para que sea aceptado por todos...».
Un Papa común 1) «...antes
todavía de la plena comunión...»2)
que «... haga ejercicio
de colegialidad...» 3) que «...
ayude a mantener la diversidad...» 4) que anime a los anglicanos
5) «... una especie de primado...»
El Card. Ratzinger, “Les
principies de la theologi cathólique”,
París Téqui, 1985 p. 220: «...
Roma no debe exigir del Oriente, respecto a la
doctrina del primado, mas lo que ha sido formulado o vivido durante el
primer milenio».
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La Revolución
anti-filosófica
El Card. Ratzinger
Civilita cattolica, 21.4.1990: «La
Iglesia se abre a la universalidad
de los lenguajes... y de sus conceptos... la doctrina de la
Iglesia puede ser comprendida e interpretada correctamente solamente
en la fe». |
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Romanidad
San Pío X, 11.2.1904: «Roma siendo, en
virtud de los designios de Dios el centro de la unidad católica
por lo cual desde la cabeza se debe difundir en todo el
cuerpo... la luz de la verdad revelada para la salvación de
todos, es inminentemente necesario que esta ciudad pueda
igualmente ser la regla de la fe, el ejemplo de la vida, es
necesario entonces empezar desde el clero y el pueblo de Roma
esta restauración de todas las cosas en Cristo que nos hemos
propuesto... por la exaltación de la Santa Iglesia Romana».
Pío XI 1.8.1922: «La Iglesia abraza en
su seno todas las naciones y debe continuar hasta la consumación
de los siglos... esto requiere una lengua universal... la
lengua latina...».
Pío XII, 12.4.1952: «...renovar en Roma el ardor enérgico
de nuestra fe... ¡no se podía escoger un lugar mejor...
Ustedes están aquí al centro de la fe... Lo que la Roma
pagana, con el genio político, con los ejércitos, con la
riqueza, con la potente administración, no pudo ser, lo ha
hecho la Roma cristiana y lo hace siempre más: ella hace la
unidad».
Pío XII, 21.3.1957: «... podemos decir
que en este caso, romanidad puede significar también
amplitud, extensión, universalidad: como si romanidad fuera
sinónimo de catolicidad».
Pío XII, 4.3.1940: «... he aquí las dos Romas a la cual
ustedes quedan tradicionalmente apegados. Una preordenación
divina las había unido unas a las otras.
«La
Roma de Augusto preparaba los fundamentos como la armadura del
edificio que la Roma de Pedro y Pablo iba a construir... a lo
largo de los siglos... mezclándose a la corriente
sobrenatural... aquella civilización... el genio de la
Grecia... esta complejidad de doctrinas y tradiciones que se
llama Romanidad... en las huellas de los legionarios del
Imperio... han marchado los misioneros del Evangelio».
Pío XII, 21.3.1957: «... toda la
Iglesia de Cristo es un cuerpo vivo... pero aquí en Roma es
decir en el corazón de este gran organismo... esta
catolicidad... une todos en un abrazo común de fraternidad
inefable...
«Ustedes,
desde Roma, con vuestro sacerdocio romano, pueden llevarse un
grado mayor de generosa catolicidad... En donde hoy muchos ven
el porvenir y la salvación del mundo.
En fin,
parece claro que la romanidad debería significar también el
sentimiento profundo y arraigado, de que en Roma está el
centro de la Iglesia...». .. .. .. . .. .. .
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Defensa
de la doctrina tradicional del Primado del Papa
Concilio Vaticano I, Constitución dogmática
sobre el papado, Cap. I. La institución del Primado: «El
Pastor eterno... en él (Pedro) instituyó un principio
perpetuo y fundamento visible... y para que las puertas del
Infierno hoy con odio creciente se levanten por doquiera
contra este fundamento establecido por Dios... queremos...
proponer la doctrina... y proscribir y condenar los errores
contrarios.
... el
Primado fue prometido y conferido inmediatamente y
directamente a Pedro por Cristo... A esta doctrina tan
clara... se oponen abiertamente las falsas opiniones de
aquellos que pervierten la forma de gobierno instituida por
Cristo Señor... y afirman que este primado no ha sido
conferido a Pedro inmediatamente y directamente sino a su
Iglesia... (no) a él (sólo) como ministro.
Cap.
4. El magisterio infalible del Romano Pontífice: «... En
efecto a los sucesores de Pedro, el Espíritu Santo no ha sido
prometido para que manifiesten por su revelación, una nueva
doctrina, sino para que por su asistencia, custodien
santamente y expongan fielmente la Revelación transmitida a
los Apóstoles, es decir el depósito de la fe... Enseñamos y
definimos ser dogma divinamente revelado: que el Romano Pontífice,
cuando habla “ex-cathedra”... goza de la infalibilidad...
por tanto las definiciones (de los Papas también de antes)
son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de
la Iglesia. Si alguien lo niega... que sea anatema n. d. r.». |
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El
magisterio tradicional enseña el valor universal de la
filosofía griega
León XIII, Aeterni Patris: «...La filosofía griega...
derrumba los argumentos opuestos a estas verdades para los
sofistas».
Pío XII, Humani Generis: «...es de la más grande
imprudencia no tener en cuenta, echar o quitar de sus valores
a tantos conceptos... esta filosofía recibida... en la
Iglesia...».
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