BENEDICTO
XVI SIGUE CON SUS DICHOS HERÉTICOS
DISCURSO
DE BENEDICTO XVI AL SEÑOR
FRANCISCO VÁZQUEZ VÁZQUEZ NUEVO
EMBAJADOR DE ESPAÑA ANTE LA SANTA SEDE
Sábado 20 de mayo de 2006
DISCURSO
COMPLETO: PULSE
AQUÍ
"... La Iglesia
insiste también en el derecho inalienable
de las personas a
profesar sin obstáculos, tanto pública
como privadamente, la
propia fe religiosa, así como
el derecho de los padres
a que sus hijos reciban una
educación acorde con sus
propios valores y creencias, sin
discriminación o exclusión
explícita o encubierta".
¿En serio? Quizás sea esto lo que su
iglesia insiste en afirmar, pero ciertamente NO lo
que dice la Iglesia Católica, que enseña exactamente lo
contrario:
"En
efecto, os es perfectamente conocido, Venerables Hermanos, que hoy no faltan
hombres que, aplicando a la sociedad civil el impío y absurdo principio llamado
del naturalismo, se atreven a enseñar que el mejor orden de la
sociedad pública y el progreso civil demandan imperiosamente que la sociedad
humana se constituya y se gobierne sin que tenga en cuenta la Religión, como si
esta no existiera, o, por lo menos, sin hacer distinción alguna entre la
verdadera Religión y las falsas. Además, contradiciendo la doctrina de la
Sagrada Escritura, de la Iglesia y de los Santos Padres, no dudan en afirmar que
el mejor gobierno es aquel en el que no se reconoce al poder civil la
obligación de castigar, mediante determinadas penas, a los violadores de la
religión católica, sino en cuanto la paz pública lo exija; y como
consecuencia de esta idea absolutamente falsa, no dudan en consagrar aquella
opinión errónea, en extremo perniciosa a la Iglesia Católica y a la salvación
de las almas, llamada por Gregorio XVI, Nuestro Predecesor, de feliz memoria, delirio
a saber: que la libertad de conciencias y de cultos es un derecho propio de
cada hombre, que todo Estado bien constituido debe proclamar y garantizar como
ley fundamental, y que los ciudadanos tienen derecho a la plena libertad de
manifestar sus ideas con la máxima publicidad, ya de palabra, ya por escrito,
ya en otro modo cualquiera, sin que autoridad civil ni eclesiástica alguna
puedan reprimirla en ninguna forma." (Pío IX, Encíclica
"Quanta
Cura") |
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