JOSEPH RATZINGER: ¿QUIÉN ES?
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LA FE DEL PREFECTO DE LA FE,
CARDENAL JOSEPH RATZINGER
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(o, "Si un ciego guía a otro ciego" — Mt. 15, 14). Pag. 4

   Las afirmaciones del Cardenal Ratzinger no dejan claridad de ideas, dando la apariencia de que Cristo tomaba como consciencia de Dios y transmitía así a los hombres la riqueza de lo descubierto en su interior. Olvida el Cardenal que en N. Señor había un solo sujeto responsable de todos sus actos divinos y humanos: la Persona del Verbo.

   No es otro el sentir confuso del Cardenal respecto a la Sgda. Escritura, particularmente respecto a la autoría de ciertos libros canónicos, como ser la carta a los Hebreos (op. cit. págs. 327 y 328).

   C) Ecumenismo herético:

   Tócanos ahora el hablar de un tema escabroso en la actualidad. Cuando antes la Iglesia hablaba del ecumenismo, entendía el abrir las puertas de la Iglesia a quien quisiera entrar, a condición de convertirse y de aceptar todas las enseñanzas de la Santa Iglesia, su doctrina y disciplina.

   Para el Cardenal Ratzinger el ecumenismo es un imperativo, algo necesario e imprescindible será el lograr la unidad con aquellos que se alejaron de la Iglesia pero no a la manera tradicional. Dice hablando del Decreto del Vaticano II acerca del Ecumenismo, de la Gaudium et Spes y de la Constitución sobre la Liturgia:

   "...La Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual (G. et Spes) fue, sin duda, junto con la Constitución sobre la Sgda. Liturgia y el Decreto sobre el Ecumenismo, el más difícil y también el de mayor éxito. En razón de su forma y de la orientación de sus afirmaciones, es el que más se aleja de la anterior historia de los Con cilios y permite percibir, por tanto, mejor que todos los restantes textos, la peculiar fisonomía del último Concilio." (op. cit. pág. 454).

   Este texto sólo ya es suficiente para calificar al Vaticano II y para mostrarnos que tan grande es su valor teológico o disciplinar...

   Si las observaciones que ya hemos hecho acerca del Prefecto actual para la Doctrina de la Fe ya nos muestran el escandaloso contenido de su enseñanza, lo que sigue nos mostrará claramente las aberraciones doctrinales que cree y enseña y que ponen al pueblo católico en las manos de un lobo capaz de destruir completamente la Fe de los fíeles.

   Dice el Cardenal que los cismáticos forman parte de la Iglesia total y que guardarían intacta la herencia de la Fe.

RATZINGER PIO IX:
   "Debe decirse que también forman parte de este episcopado, incluso después del cisma del ano 1054, los obispos de la iglesia oriental, que siguen siendo en cuanto episcopado legítimo de una iglesia que ha conservado intacta la herencia de la Fe, parte sustancial de la Iglesia total."(op. cit. pág. 148)
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   mantiene la doctrina contraria.

   "... Se supone que todas juntas (las tres confesiones cristianas: católica, ortodoxa y protestante) constituyen ya la Iglesia Católica ... El fundamento en que la misma se apoya es tal que trastorna de arriba abajo la constitución divina de la Iglesia. Toda ella consiste en suponer que la verdadera Iglesia de Jesucristo consta parte de la Iglesia Romana difundida y propagada por todo-el orbe, parte del cisma de Focio y de la herejía anglicana, para las que, al igual que para la Iglesia Romana, hay un solo Señor, una sola fe... (Dz. 1686, carta del Sto. Oficio de 1864).

   La verdadera Iglesia de Jesucristo, en cambio, se constituye y reconoce por autoridad divina con la cuádruple nota ... que la que verdaderamente es y se llama católica, debe juntamente brillar por la prerrogativa de la unidad, la santidad y la sucesión apostólica. (También Dz. 1685 y 2147a).

   ¿Quién es católico? Aquél que cree firmemente todo lo que la Iglesia cree y enseña de un modo oficial por su Magisterio supremo. La Fe tiene como nota característica la integridad. No se puede creer un dogma si y otro no: La Fe o se tiene o no se tiene, no puede tenerse incompleta. El Cardenal Ratzinger, en cambio, dice que para obtener la unión de los cristianos en la "gran Iglesia" debe evitarse cuidadosamente el tomar "posiciones maximalistas" que llevarían irremediablemente al fracaso, aunque no dice que su afirmación es claramente herética pues asegura que la Iglesia no podría exigir el reconocimiento del Primado de Pedro por parte de los griegos, tal como fue definido en el Conc. Vaticano I de 1870; o el pretender que los ministerios eclesiales protestantes son válidos:

RATZINGER CONCILIO VATICANO I
y S.S. PÍO IX
   "Se detectan, en primer término, con toda claridad, ciertas exigencias maximalistas en las que la búsqueda de la unidad está irremediablemente condenada al fracaso. Seria por ej. una exigencia maximalista que occidente exi-giera al oriente el pleno reconocimiento del Primado del obispo de Roma, entendido con toda la plenitud y amplitud con que fue definido en 1870, de tal suerte que las iglesias ortodoxas quedarían sujetas a la praxis del primado similar al aceptado por tas iglesias unidas." (op. cit. pág. 236).
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"Enseñamos, pues, y declaramos que, según los testimonios del Evangelio, el primado de la jurisdicción sobre la Iglesia universal de Dios fue prometido y conferido inmediata y directamente al bienaventurado Pedro por Cristo... A esta tan manifiesta doctrina de las Sagradas Escrituras, como ha sido siempre entendido por la Iglesia Católica se oponen abiertamente las torcidas tendencias de quienes, tras-tornando la forma de régimen instituida por Cristo ... en su Iglesia, niegan que sólo Pedro fuera provisto por Cristo del Primado de jurisdicción verdadero y propio sobre los demás Apóstoles, ora aparte cada uno, ora todos juntamente.

   Canon: Si alguno dijere que el bienaventurado Pedro Apóstol no fue constituido por Cristo Señor, príncipe de todos los Apóstoles y cabeza visible de toda la Iglesia militante... o que recibió solamente primado de honor, pero no de verdadera y propia jurisdicción, sea anatema. (Dz. 1822 y 1823).

   "Sería exigencia maximalista de la Iglesia católica frente a la Reforma el declarar nulos los ministerios y eclesiales protestantes y exigir, simple y lisamente, la conversión al catolicismo." (op. cit. pág. 237)

   "Llegamos, pues, a la conclusión de que ninguna de las soluciones maximalistas aporta una real esperanza de unidad." (ídem).

   "Mientras se contemple la solución maximalista como una exigencia de la verdad, en esa misma medida, no existirá ningún otro camino que el de esforzarse, simple y lisamente, por conseguir la conversión de la otra parte," {ídem). .

   "No es lícito imponer como verdad lo que, en realidad, no es sino una forma histórica, más o menos estrechamente vinculada a la verdad." (ídem, págs. 237 y 238).

S.S. PIO XI, Encíclica MORTALIUM ANIMOS, acerca del verdadero ecumenismo:

   "Porque la unión de los cristianos no se puede fomentar de otro modo que procurando el retomo de los disidentes a la única y verdadera Iglesia de Cristo, de la cual un día. desdichadamente, se alejaron." (Guadalupe. t. l. pág. 1119. col. 2)..

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   "Quien se halle en el terreno de la teología católica . . . le resulta imposible contemplar la figura del primado de los siglos XIX y XX como la única posible y obligatoria para todos los cristianos." (ídem, pág. 238)

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Concilio Vaticano I, citando al Concilio de Éfeso y al Papa San León:

   "A nadie, a la verdad, es dudoso, antes bien, a todos los siglos es notorio que el santo y beatísimo Pedro, Príncipe y cabeza de los Apóstoles, columna de la Fe y fundamento de la Iglesia Católica, recibió las llaves del reino de manos de Nuestro Señor... y, hasta el tiempo presente y siempre, sigue viviendo y preside y ejerce el juicio en sus sucesores (Efeso) los Obispos de la Santa Sede romana, por él fundada y por su sangre consagrada ...  Quienquiera sucede a Pedro en esta cátedra, ese, según la institución de Cristo mismo, obtiene el primado de Pedro sobre la Iglesia universal." (Dz. 1824).

   Peor aún:

   "Dicho de otro modo: Roma no debe exigir de oriente una doctrina del primado distinta de la que fue formulada y vivida en el primer milenio." (ídem, pág. 238).

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   Pío IX, canon sobre el Primado de Pedro:

   "Si alguno, dijere que no es de institución de Cristo mismo, es decir, de derecho divino, que el bienaventurado Pedro tenga perpetuos sucesores en el Primado sobre la Iglesia universal; o que el Romano Pontífice no es sucesor del bienaventurado Pedro en el mismo Primado, sea anatema." (Dz.1825)

   "Mi diagnóstico sobre las relaciones entre las iglesias orientales y occidentales seria el siguiente: la unión de las iglesias de oriente y occidente es, desde el punto de vista teológico, básicamente posible, pero no cuenta aún con la suficiente preparación espiritual." (ídem pág. 239)
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   Conc. de Florencia (1438-1445). Papa Eugenio IV:

   "Asimismo definimos que la Santa Sede apostólica y el Romano Pontífice tienen el Primado sobre todo el orbe y que el mismo Romano Pontífice es el sucesor del bienaventurado Pedro . . . cabeza de toda la Iglesia y padre y maestro de todos los cristianos." (Dz. 694).

   Bástenos, finalmente, demostrarlo con estos últimos textos del Cardenal Ratzinger, en donde define la Gaudium et Spes del Vaticano II como un documento opuesto al Syllabus de S.S. Pío IX y como si fuera una asimilación de los principios masónicos de la Revolución Francesa:

   "Si se desea emitir un diagnóstico global sobre este texto, podría decirse que significa (junto con los textos sobre la Libertad Religiosa y sobre las religiones mundiales) una revisión del Syllabus de Pío IX, una especie de Antisyllabus" (Ratzinger, op. cit. pág. 457). "Contentémonos aquí con la comprobación de que el documento juega el papel de un Antisyllabus y, en consecuencia, expresa el intento de una reconciliación oficial de la Iglesia con la nueva época establecida a partir del año 1789." (ídem, Card. Ratzinger. op. cit., pág. 458).

   Y el texto más tremendo, que nos quita, definitivamente, toda duda acerca de la personalidad del Cardenal, y todo escrúpulo en haberlo denunciado: "La tarea no es, pues, ignorar el Concilio, sino descubrir el Concilio real y profundizar su auténtica voluntad, a la luz de las experiencias vividas desde entonces. Y esto implica que no hay punto de retorno al Syllabus, que pudo constituir una primera toma de posición en el enfrentamiento con el liberalismo y el amenazante marxismo, pero que en modo alguno puede ser la palabra última y definitiva." (Ratzinger, op. cit. pág. 469).

   IV) Conclusión:

   Todas estas teorías novedosas, ambiguas y temerarias, cuando no heréticas, del Cardenal Ratzinger, lo convierten de Prefecto para la Doctrina de la Fe en PREFECTO DE LA DOCTRINA DE LA REVOLUCIÓN.

   Estamos ante un hombre con una Fe disminuida, ínfima o tal vez ausente.

   Un hombre que, al modo de Ockam o del maestro Eckhart al final de la edad media, ha vaciado los conceptos de su real significación cargándolos de un nuevo contenido opuesto y contrario a la Doctrina Católica de la Fe, manteniendo los términos usuales: engaño entonces mucho más peligroso y que hace creer a los fieles que se encuentran delante de un paladín de la Fe cuando en realidad tienen delante a un siervo de la revolución y a un esclavo de la falta de Fe.

   Acabemos este trabajo que podría ser larguísimo, citando al Papa Gregorio IX (1227-1241) y rogando a María Inmaculada que convierta a este hombre o que lo aleje definitivamente del pastoreo de la grey de Dios.

   "A fin, pues, de que esta doctrina temeraria y perversa no se infiltre como una gangrena y envenene a muchos . . . por autoridad de las presentes Letras os mandamos y os imponemos riguroso precepto de que, renunciando totalmente a la antedicha locura, enseñéis la pureza teológica sin fermento de ciencia mundana, no adulterando la Palabra de Dios con las invenciones de los filósofos ... conteniéndoos en los límites señalados por los Padres." (Dz. 443).

   "Qui ambulat in tenebris nescit quo vadat"


   "Quien anda en las tinieblas no sabe a dónde va"
                                                                    S. Jn. 12, 35.

¡AVEMARIA PURÍSIMA!

P. Andrés Morello.

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  • * Publicado en el Credidimus Caritati de Julio / Octubre de 1987.