JOSEPH RATZINGER: ¿QUIÉN ES?
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LA SEUDO RESTAURACIÓN DE RATZINGER:
Extractado de:
http://www.marcel-lefebvre-tam.com/index_spa.htm

   La doctrina del Opus Dei puede conocerse a través de sus mismos libros. El documento utilizado es un texto en español, publicado en Madrid. Se trata de una antología de textos de autores reconocidos y aprobados por el mismo Opus Dei, cuyos libros son editados por Rialp[11].

   ... el modo de dirigir las obras... apostólicas promovidas por el Opus Dei. Estas labores –como es sabido– responden a una finalidad sobrenatural. Pero se proyectan y gobiernan con mentalidad laical,... Por eso no son confesionales...(“Monseñor Escrivá de Balaguer”, Salvador Bernal. Ed. Rialp. pág. 309).

   Las residencias del Opus Dei son interconfesionales “donde viven estudiantes de todas las religiones e ideologias”. (“Conversaciones con Escrivá de Balaguer”. (Ed. Rialp, pag. 117).

   La afirmación del pluralismo entre los católicos fue en los primeros años del Opus Dei novedad ininteligible para muchos, porque habían sido formados en una línea justamente contraria... ("Monseñor Escrivá...", pág.311).

   La Obra era, así la primera asociación de la Iglesia que abría fraternalmente sus brazos a todos los hombres sin distinción de credo o confesión. ("Tiempo de caminar", Ed. Rialp, Ana Sastre, pág. 610).

   Amamos la necesaria consecuencia de la libertad: es decir, el pluralismo. En el Opus Dei el pluralismo es querido y amado, no sencillamente tolerado y en modo alguno dificultado. (pág. 127).

   No son sólo palabras: nuestra Obra es la primera organización católica que, con la autorización de la Santa Sede, admite como Cooperadores a los no católicos, cristianos o no. He defendido siempre la libertad de las conciencias. (Mons. Escrivá..., pág. 296)

   Cuando, en 1950, el Fundador obtuvo finalmente de la Santa Sede el permiso para admitir en la Obra a los sacerdotes diocesanos y para poder nombrar a no católicos e incluso no cristianos Cooperadores de la Obra, se 'completó' la familia espiritual del Opus Dei.” (pág. 244).

   “... que la Santa Sede admitiera como cooperadores a todas aquellas personas (católicos, no católicos, y hasta no cristianos) que desearan colaborar, material o espiritualmente, en los apostolados de la Obra.

   "Era algo inaudito en el acontecer pastoral de la Iglesia, aquel descorrer cerrojos y abrir puertas de par en par, integrando almas de benefactores: protestantes, cismáticos, judíos, musulmanes y paganos. Sólo al pasar los lustros e iniciarse una nueva corriente ecuménica, ese paso audaz, que pudo haberle engendrado muchas incomprensiones, fluía ya con naturalidad en la historia contemporánea. (“El Fundador del Opus Dei” Andrés Vázquez de Prado, Ed. Rialp, pág. 235).

   Para mantenerla (la Obra) además de los miembros del Opus Dei, hay otras personas que ayudan; algunos no son católicos, y muchos, muchísimos, que no son cristianos” (de labios mismos de Mons. Escrivá de Balaguer, “Tiempo”, pág. 615).    

   Los organismos competentes de la Santa Sede han llegado al convencimiento de que tal concesión es, de momento, imposible. La Obra no encaja en ninguna de la formas asociativas reconocidas por el Derecho de la Iglesia. Un alto personaje de la Curia ha dicho a don Alvaro: “Ustedes han llegado con un siglo de anticipación.(“Tiempo...”, pág .326)

   El Concilio Vaticano II ha promulgado solemnemente lo que Monseñor Escrivá de Balaguer y el Opus Dei ya enseñaban y practicaban, con su espiritualidad y con su vida, desde hacía varios decenios.(pág. 14)

   El Fundador del Opus Dei, después de muchos años de incomprensiones, tuvo la satisfacción de que destacados Padres conciliares, como los Cardenales Frings (Colonia), Künig (Viena), Lercaro (Bolonia) y otros, le reconocieran, como un verdadero precursor del Vaticano II, sobre todo respecto a aquellos puntos capitales que, para el Concilio, marcaban el camino a seguir en el futuro. (pág. 303).

   Ante periodistas, Mons. Escrivá comentó que, con ocasión de una audiencia, había dicho al Papa Juan XXIII: En nuestra Obra siempre han encontrado todos los hombres, católicos o no, un lugar amable: no he aprendido el ecumenismo de Su Santidad... (pág. 246) [Nos gustaría saber donde lo aprendió... n.d.l.r.].

   Para los Papas Juan Pablo I y Juan Pablo II, el Opus Dei y su Fundador eran hechos objetivos que anunciaban el comienzo de una nueva era del cristianismo.” (“Opus Dei, Peter Bergler. Ed. Rialp, pág. 243).

   Hemos de estar al acabar este Concilio. Hace treinta años, a mí me acusaron algunos de hereje, por predicar cosas de nuestro espíritu, que ahora ha recogido el Concilio de modo solemne, en la Constitución dogmática 'De Ecclesia'. Se ve hemos ido por delante, que habéis rezado mucho”.( “Tiempo”, pág. 486).

   “...que el Fundador del Opus Dei es un “conservador”... con una profundidad y una convicción tales que, a la vez, le convierten en el mayor “revolucionario católico” de los últimos doscientos años. (“Opus...”, pág. 243).

   Esta realidad 'ecuménica' de Camino obliga a preguntarse cómo unas páginas, cuyo origen redaccional tiene contextos tan marcados, han podido difundirse entre personas pertenecientes a medios culturales, no ya diferentes al originario de Camino, sino tan diversos entre sí. (“Estudios sobre Camino”, Mons. Alvaro del Portillo).

   Esta dimensión humana de Camino explica la capacidad demostrada por el libro de conectar con las esperanzas y aspiraciones de cualquier hombre o mujer que sienta verdaderamente su propia dignidad, independientemente de sus convicciones religiosas, ofreciendo al lector ilusión e impulso para llevar una vida humanamente más limpia y más noble”. (pág. 52).

   Durante mi trabajo en las comisiones del Concilio Vaticano II pude comprobar cómo se abrían paso en sus documentos, a veces muy trabajosamente, enfoques de la vida cristiana y criterios pastorales que son como la atmósfera de Camino.(pág. 55).

   Camino ha ido preparando en este tiempo a millones de personas para entrar en sintonía y acoger en profundidad algunas de las enseñanzas más revolucionarias que, treinta años después, promulgaría solemnemente la Iglesia en el Concilio Vaticano II.(pág. 58).

   Juan Pablo II: “Es ciertamente grande vuestro ideal, que desde sus comienzos ha anticipado la teología del laicado que caracterizó luego a la Iglesia del Concilio y del PostConcilio...” (Discurso del 19 de Agosto de 1979).

   Escrivá de Balaguer y su obra eran, por tanto, progresistas, pero habiendo sido rebasados por la izquierda en el Concilio y en el post-Concilio, y ahora son atacados como conservadores. Sabiendo esto, la beatificación de Escrivá de Balaguer nos deja perplejos, pues es presentado como el modelo de la nueva cristiandad; este cristiano que calla, esconde, y ataca las consecuencias públicas de la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.

Los compañeros de ruta.

   La Seudo-Restauración también tiene sus pequeños aliados; por ejemplo Comunione e liberazione que, de entre todos los movimientos parece ser el más doctrinal.

   Aquellos que han conocido los orígenes de este movimiento, como por ejemplo al grupo Gioventú studentesca, saben del espíritu revolucionario y liberal que impregna a Comunione e liberazione. Para terminar de convencernos nos bastara citar el testimonio de Formigoni, uno de los responsables de dicho movimiento: “Los Estados Unidos son nuestro futuro, es la primera tierra en donde la modernidad ha tomado cuerpo en plenitud, de forma radical, con todos sus valores.” (O.R. 27-8-1984).

   Otro aliado es la revista “30 Giorni” que parece tener como misión la coordinación mundial de la metamorfosis de la Iglesia Conciliar. Entre los objetivos de “30 Giorni” también figura el de quitarles a los “lefebvristas” el máximo de argumentos posibles, como podemos constatar fácilmente leyendo el índice de la revista: temas que antes trataban en exclusiva la Hermandad San Pío X. Se trata de cumplir con la tesis del Cardenal Ratzinger expuesta a los Obispos de Chile: “El fenómeno (lefebvrista).... hubiese sido impensable sin los elementos positivos, que no han encontrado espacio en la Iglesia de hoy.” “Deberíamos abrir un espacio para aquellos que buscan y claman en la Iglesia, llegando así a reconvertir el cisma en el interior de la Iglesia y convertirlo en superfluo.”

   Por supuesto que para el Cardenal la supresión de la Realeza Social de Cristo, el Estado Confesional no es ningún problema: son “...los valores mejor expresados por dos siglos de cultura liberal”. El trabajo de “30 Giorni” nos obliga a centrarnos en lo esencial, sobre el corazón del combate y de la fe, reconocido también por el Cardenal Ratzinger: “...el punto central está en el ataque contra la libertad religiosa y contra un pretendido espíritu de Asís.” (Discurso a los Obispos de Chile, 1988).

¿Qué dicen los vaticanistas?

   Los vaticanistas son portavoces “del mundo” (es decir, de la Revolución). Toda corriente revolucionaria, ya sea judía, masónica, humanista, protestante, liberal o socialista, tiene su propia lectura de cómo van las cosas en el interior de la Iglesia. De ahí nace la diferencia en la apreciación sobre la velocidad de la Revolución en la Iglesia.

   Es interesante saber lo que dicen los enemigos de la Iglesia. San Ignacio nos lo enseña en el nº 335 de sus famosos “Exercicios Espirituales” y Sarda y Salvany repite la misma tesis. Mientras que algunas veces no entendemos los acontecimientos que van ocurriendo, sin embargo, nuestros enemigos sí, aunque su examen sea de signo opuesto al nuestro. No es, por lo tanto, una pérdida de tiempo seguir los diversos comentarios a fin de completar nuestro servicio de documentación.

   Los vaticanistas italianos ven las cosas con más profundidad debido a su proximidad al Vaticano y a su conocimiento de la Curia Romana. He aquí una selección de sus comentarios durante el Sínodo Extraordinario de 1985 -veinte años después del Concilio- en donde se estudió a fondo la Restauración del Cardenal Ratzinger: “El Sínodo [...] encarna de forma aproximada la vía media”(“La Stampa”, Sergio Quinzio, 8 Dic. 1985)

   “Los deseos y los temores de una Restauración [...] no parecen, a primera vista, próximos a su realización” (“Il Piccolo”, F. Margiotta Broglio, 9 Dic. 1985) “Ningún salto hacia atrás, ninguna Restauración, ningún referéndum por o contra el Cardenal Ratzinger”(“Il Resto del Carlino”, Paolo Francia, 9 Dic. 1985).

   “Por fin, el fondo del pensamiento del Cardenal Ratzinger salió a la luz; no podemos limitarloso en la expresión pintoresca de Restauración. "A veces es necesario lamentar lo falso, para poder conocer la verdad”(Il Messagero, Marco Politi, 10 Dic 1985).

   Sin embargo el centro romano se halla bien lejos de rendirse [...] su programa es muy exacto y podríamos definirlo así: ir al encuentro con el mundo y de todas las ideologías, pero desde una posición de fuerza. En un período de tiempo bastante largo, mas allá de un sólo pontificado, se llegará a una coexistencia de tendencias paralelas e incluso contrapuestas. (II Manifesto, Filippo Gentioni, 10 Dic. 1985).

   Al contrario, hoy podemos afirmar que el catolicismo post-conciliar, con ocasióndel Sínodo, se ha manifestado extraño a la misma reacción(Corriere della Sera, Giuseppe Alberigo, 15 Dic. 1985).

   La Iglesia Católica llama a sus fieles a relanzar el Concilio y a aplicarlo de forma más unitaria y controlada(Corriere della Sera, Luigi Acattali, 11 Dic. 1985) [Creemos que ésta es la “lectura “ más razonable: Revolución sí, pero “unitaria y controlada”].

   Restauración no significa volver atrás con respecto al Concilio” (Rinascita, Carlo Candia, 14 Dic. 1985) [12].

   Esto es lo que todo el mundo parece haber visto y comprendido con respecto a esta Seudo-Restauración, actualmente en marcha en la Iglesia conciliar... y nosotros, que somos los destinatarios, creemos que lo hemos comprendido también.

   Un vaticanista de nombre Giancarlo Zizola merece un capitulo aparte: este personaje trata de analizar los hechos en detalle desde su punto de vista progresista. Para entenderlo bien, hay que recordar antes, que en la Iglesia hay ahora, un duelo entre católicos progresistas (jacobinos) y católicos liberales (girondinos), quedando los verdaderos católicos (tradicionalistas) fuera de juego. Es una cuestión de velocidades, siendo el objetivo el mismo.

   Según las diversas corrientes de la Revolución, existen distintas opiniones a cerca de la Seudo-Restauración. Para los progresistas se trata de una vuelta atrás, y Zizola los divide en dos campos:

  • 1) Aquellos que dicen que hay que aguantar ésta situación sin renunciar a buscar una solución.

  • 2) La de los que piensan que ésta es una situación definitiva, irreversible, capaz de separar a la Iglesia del mundo moderno. Sin embargo, en la revolución llamada “francesa”, después de los excesos de los jacobinos, la fase liberal de los girondinos, se instaló de forma definitiva. En este caso las “Iglesias” (es decir, los Obispos) van a cargar con ciertas responsabilidades, llegando incluso a forzar el brazo de Pedro; por eso hemos de vivir sin angustiarnos el conflicto actual de la restauración.

   Según Zizola, el "pontificado" de Juan Pablo II constituye una oscilación perpetua, pero el proceso continúa. Esta situación muestra todos los signos de una división del catolicismo; frente a las llamadas al orden del Vaticano, los Obispos hacen resistencia pasiva; escuchan, callan y continúan como antes. Existen dos tendencias principales dentro del Episcopado: la línea Ratzinger y la línea progresista; pero es bastante difícil, incluso para los vaticanistas, el valorar las fuerzas respectivas. También hay un cierto desacuerdo entre el Papa y Ratzinger, si bien este último ha recibido un respaldarazo público y solemne en el Discurso de vísperas de Navidad, en 1984.

   En opinión de Zizola, el drama de Juan Pablo II es que éste desea reducir las fronteras de las innovaciones legitimadas por el Concilio, para no verse envuelto en un nuevo período de reformas. Sobrepasarlas significaría tener que ir a la realización de innovaciones que hoy son inaceptables y por eso el Papa hace todo lo posible por crear una base de Obispos y Cardenales que le sea favorable.

Conclusión

   Después de haber estudiado la Seudo-Restauración, con la ayuda de los documentos que nos muestran su naturaleza, sólo nos queda prever, en la medida de lo posible, el futuro.

   La antigua lucha de la Revolución contra Dios, Nuestro Señor, su Santa Iglesia, su Orden Social histórico y, finalmente, contra las consecuencias religiosas, políticas, jurídicas, sociales y económicas de su Divinidad, bien marcadas en la Edad Media, esta antigua lucha continúa hoy, con sus metamorfosis, “Fratres, sobrii estote et vigilate”. (1 Pt. 5).

   Entre las metamorfosis más peligrosas de la Revolución en la Iglesia, está la Seudo-Restauración. Joseph Ratzinger continúa dando, sin prisas, sus “sorpresas”: después de la declaración de la Restauración, tenemos la Misa de San Pío V con indulto, la institución de la Hermandad San Pedro, la promesa de girar los altares, la creación de nuevas congregaciones religiosas conservadoras para ser un "filtro" respecto a la juventud que quiere reaccionar... ¡hay que estar preparados para recibir nuevas sorpresas!

   No creemos que todo esto sea un milagro de conversión (que siempre es posible) ni el camino de una verdadera restauración. No lo creemos por todas las razones expuestas más arriba y también porque los cálculos de Joseph Ratzinger nos parecen demasiado humanos y poco inspirados por los principios de la fe: “...non comprehenderunt... non cognovit... non receperunt...”[13].

   En efecto, al tener el modernismo la tentación de adaptar la Iglesia al mundo moderno y siendo el mundo moderno la encarnación de la Revolución liberal, ésta sólo pide una cosa a la Iglesia: renunciar a la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo y, por tanto, renunciar al Estado Confesional, aceptar el modelo liberal, de laicidad de la sociedad temporal, convertir a la religión en una cuestión meramente privada. Si la Iglesia Conciliar “en las sacristías”, después de haber aceptado todo esto, decide girar los altares e incluso imponer como obligatoria la Misa de San Pío V, no por ello se sale de la línea de la Revolución liberal ni molesta al laicismo.

   Al contrario, la Revolución en la Iglesia se salva y con cimientos más sólidos  [14].

   Podríamos incluso repitiéndonos llegar a predecir la fórmula victoriosa de la Seudo-Restauración, que sería mas o menos así: “tradicionalista sí, pero en privado”.

   Si los modernistas perfeccionan su Seudo-Restauración en este sentido, habrá que prever el peligro que supondrá para los tradicionalistas esta maniobra, sobre todo para los que están menos preparados, para los que tienen menos conocimiento, o carecen por completo, de la doctrina de la Realeza Social de Cristo y la historia de la Revolución.

   Sin dejarse engañar por los combates de “retaguardia”, preparémonos para próximas “sorpresas”, tanto más que la Seudo-Restauración es querida, dirigida y sostenida por fuerzas externas a la Iglesia misma y que conocen perfectamente las reglas de toda Revolución; ¡no es sólo una “historia de curas”!

   El 14 de julio de 1987, Monseñor Lefebvre, respondió a JOSEPH Ratzinger: Eminencia, aun en el caso en que Vd. nos concediese un Obispo, incluso si nos concediesen una cierta autonomía con respecto a los Obispos, aun otorgándonos toda la liturgia vigente hasta 1962 y nos permitiesen continuar la obra de los seminarios de la Hermandad tal como lo hacemos ahora, nosotros no podríamos colaborar con Vds., es imposible, porque nosotros trabajamos en dirección diametralmente opuesta: Vds. trabajan en favor de la descristianización de la sociedad, de la persona humana y de la Iglesia, mientras que nuestros esfuerzos están dirigidos hacía la cristianización; no podemos por tanto, entendernos. Para nosotros N.S.J.C. ¡lo representa todo! Es nuestra vida; la Iglesia es N.S.J.C., es su Esposa Mística; el sacerdote es otro Cristo; su Misa es el sacrificio de Jesucristo y el triunfo de Jesucristo por la Cruz. En nuestros seminarios se aprende a amar a Cristo y todo se haya dirigido hacia el reinado de Nuestro Señor Jesucristo. Esto es lo que somos, y Vds. se dedican a hacer lo contrario. Vd acaba de decirme que la sociedad no debe ni puede ser cristiana, que eso sería ir contra su naturaleza. Vd. acaba de intentar demostrarme que Nuestro Señor Jesucristo no puede reinar en las sociedades. Vd. ha intentado demostrar que la conciencia humana se halla libre de responsabilidad con respecto a N.S.J.C., que hay que dejarle en libertad y concederle, usando sus mismas palabras, un espacio autónomo: eso es la descristianización. Pues bien, nosotros somos partidarios de la cristianización, no podemos, por tanto, entendernos". (Retiro sacerdotal, Sept.1987).

   Dios puso enemistad entre la Mujer y la serpiente (Gén. 3.15), el demonio va siempre en sentido contrario a la voluntad de Dios. Si el demonio ha logrado hacerse respetar por la casi totalidad del género humano, podemos pensar, con fundamento, que esos mismos hombres han quedado inútiles para el servicio de Dios, “sicut inútiles facti sunt”, dice el Salmo.

   Siguiendo el espíritu de San Luis María Griñon de Monfort en el “Tratado de la verdadera devoción” (nº 52 y siguientes), terminamos este trabajo con la oración siguiente:

   “Oh Santísima Trinidad, en esta larga noche de la Historia, os ofrezco el amor que la Santísima Virgen María os tiene, la enemistad y el odio que Ella ha recibido de Vos contra el demonio que trabaja para rebajar a Jesús Cristo N. S. y la Santa Iglesia Católica al mismo nivel de las falsas religiones, como hizo el Papa en Asís dejándose guiar por las ideas que dominan hoy el mundo.

   Oh Santísima Trinidad os ofrezco la enemistad de la Santísima Virgen por la voluntad que tiene el demonio de separar la Iglesia del Estado.

   Oh Santísima Virgen María por la gracia de este misterio de enemistad que Vos tenéis contra la serpiente, dejadme unir mi espíritu al Vuestro y no permitáis que respete al enemigo de Dios, aunque la mayoría de los hombres de hoy lo hagan.

   O Santísima Trinidad, también os ofrezco el acto de Fe solitario, cruel y perfecto, que hizo la Santísima Virgen el Sábado Santo, día en que todos perdieron la Fe. (San Bernardo)

   ¡Oh Señora mía, por la gracia de este misterio, concédenos conservar la Fe en este Sábado Santo de la Iglesia. Que no temamos el quedar solos combatiendo en defensa de las consecuencias públicas de la Divinidad de Vuestro Hijo!

   Para alcanzarnos estas gracias, ofreced a la Santísima Trinidad, por Vuestras manos purísimas, este Tesoro escondido que es el Santo Sacrificio de la Misa, que todavía se celebra en la Tierra.

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PORTADA


NOTAS
  • [11]  El Opus Dei, su verdadera faz, Juan Morales, pro manuscripto, Madrid 1991.

  • [12] En un artículo publicado por “La Tradizione Cattolica nº1” (Enero 1987, Montalenghe), algunos teólogos progresistas fueron mencionados; tenían la misma opinión sobre la seudo-restauración: “este análisis ha sido también llevado a cabo por los católico-comunistas, como el sacerdote apóstata Gianni Gennari en su “Carta abierta al camarada Gorbachov”, en la que describe un socialismo que no teme ni la misa ni el catecismo (Paese Sera, 16-3-1985). En Rusia se ha visto la simbiosis del marxismo con la liturgia tradicional ortodoxa. Ellos también admiten que, mediante la seudo-restauración del Cardenal Ratzinger, los católicos no regresan a la fe inmutable, sino que permanecen en el error. Esta misma estrategia es también reconocida por diversos especialistas de la Revolución. Giulio Girardi (Adista, 13-5-1985), después de recordar que tanto Ratzinger como Rahner han trabajado juntos durante el Concilio, en el grupo progresista, nos señala que si bien la Restauración parece lanzar sus ataques contra el teólogo Rahner (O.R. 25-2-1985), es únicamente para sacar los errores de la sacristía, pero de ningún modo para combatir aquellos que se propagan al exterior (es la teología del Cardenal Ratzinger sobre la libertad religiosa).  A renglón seguido, Don Enrico Chiavacci, para tranquilizar a los observadores laicos (judíos, masones y comunistas) añade que la restauración de Juan Pablo II es sólo disciplinaria y parcialmente doctrinal (Vita Pastorale, Octubre 1985). El teólogo Molari declara que la restauración es necesaria porque el Vaticano II ha provocado ciertas reacciones, y por lo tanto, es necesario reducir el ritmo, es decir, no dejar a nadie atrás. (Adista, 16-5-1985) [¡todos deberán ser reeducados!].

  • [13] Prologo del Evangelio de San Juan.

  • [14] La misa tradicional puede ser concedida o aceptada, sin salir de la Revolución liberal, los revolucionarios saben bien que pueden conceder dicha Misa; pero no cederan jamás en “los mejores valores de dos siglos de cultura liberal”.