Bajo
Anestesia
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
Clay Beresford es un joven multimillonario que debe someterse a un
severo transplante de corazón. Para ello, deja que su mejor amigo,
el doctor Jack Harper, sea el encargado de realizar la operación.
Durante la intervención, Clay experimenta lo que se denomina
“percepción intraoperatoria”, una situación en la cual el paciente
de una cirugía, aunque no puede moverse ni hablar, no ha perdido los
sentidos del tacto ni del oído, por lo que puede sentir todo el
proceso. Mientras tanto, Sam, su preciosa novia, debe hacer frente a
una serie de decisiones que serán determinantes para el futuro de
Clay. Según transcurre la acción, todo da un vuelco, haciendo que
nada sea lo que en principio parecía.
* / MALA
Luego de
ver este despropósito tan promocionado como “Bajo Anestesia”
nos queda por preguntar que quisieron hacer los productores de
Hollywood al financiar este proyecto y confiárselo a su director
Joel Hardold. Poro otro lado sacaremos la conclusión que el pobre de
Hadyen Christensen no hace más que protagonizar films imposibles de
ver últimamente y difícil resulta distinguir cual fiasco fue peor,
si esta fantochada u otra payasada del cine de acción como “Jumper”.
Y si su partenaire es la también inexpresiva Jessica Alba tenemos
una dupla que seguramente le iría mejor en una pasarela de moda que
en un estudio de cine interpretando papeles.
Si de
actores se trata, el único que se pone las ropas en el film es el
siempre correcto interprete afro americano Terréense Howard. Como
juego cinematográfico, como film de suspenso que plantea un
interrogante y lo desarrolla, “Bajo Anestesia” no funciona.
Naufraga desde el primer momento de querer establecer una historia
coherente y atrapante. Fracasa al recurrir a vueltas de tuerca
difíciles de concebir en el terreno de lo posible. Ni un policial
serio, ni un film de denuncia sobre el uso de la anestesia (como
pregonan los títulos iníciales) ni un film de ficción sobrenatural.
El
misterio (pobremente concebido) surge del estado de conciencia e
inconsciencia de su protagonista y las derivaciones de la historia y
el comportamiento del protagonista y quienes lo rodean son realmente
irrisorios y la trama se va resolviendo de forma tan improbable que
la fantasía se convierte en farsa por culpa de su toma de decisiones
tan sorpresiva como desacorde. Lo más triste de “Bajo Anestesia”
no es su falta de recursos de género, sino que sea considerado como
modelo del cine de suspenso de Hollywood hoy en día con caras
jóvenes e inexpertas que llegan a la pantalla con films a medio
terminar y se hacen un camino en medio de un pobre panorama donde
alguna vez Alfred Hitchcock dio cátedra, dentro y fuera de Hollywood.
Por suerte para quienes apreciamos el género hoy en día existe un
David Fincher o un M. Night Shyamalan para enriquecer el género,
aunque claro está, no son la mayoría.
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