Cordero de
Dios
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
La trama temporal sobre la que se articula el film se desarrolla en
el 2002 y está puntuada por hechos ocurridos en 1978. Los eventos
del pasado van a encontrar un eco en el presente al que irán
resignificando constantemente. En 2002, en plena crisis económica
argentina, Arturo, un veterinario de 77 años, es secuestrado en
Buenos Aires. Su nieta Guillermina de 30 años, debe negociar con los
secuestradores el pago del rescate. Para ello, pide ayuda a su
madre, Teresa quien aún vive en Francia, a donde se exilió en la
década del '70 junto con su hija pequeña, a raíz de la desaparición
de su marido. En el presente y ante las circunstancias, Teresa se ve
obligada a retornar a la Argentina a pesar suyo. Guillermina y
Teresa llevarán adelante las negociaciones para la liberación de
Arturo. A raíz de ello, ambas reviven dolorosos hechos del pasado
cuando Teresa fue secuestrada por fuerzas para-policiales y Arturo
quedó entonces a cargo de su nieta. Poco a poco, Guillermina, ahora
adulta, va a ir descubriendo la intervención de su abuelo en 1978 en
la liberación de su madre.
* * * /
BUENA
“Cordero
de Dios”, es un valido ejemplar del cine argentino independiente
y un digno film sobre dos puntos de referencia más que concurridos
en nuestro cine nacional: lo tenebroso de la dictadura, y lo
angustiante de la crisis económica. Dos hechos socio políticos que
afectaron el curso de nuestra sociedad y nuestros gobiernos y que
más de una ocasión han sido abordados por el cine de forma poco
acertada. Los buenos acercamientos al tema son los menos si bien es
una temática (sobre todo la de la dictadura militar) ultra abordada
y casos abundan: “Garage Olimpo”, “Kamchatka”, “Crónica
de una Fuga”, “Un Mundo Menos Peor” y “Vidas Privadas”.
“Cordero de Dios” satisfactoriamente, también se convierte en
referencia de buen cine.
Sin
partidarismos la película cuenta una historia atrapante, compleja e
intensa. El hecho de contar una historia en dos épocas distintas es
un intento arriesgado. Dejando de lado la reconstrucción de época y
la atención a tener sobre vestuario y escenografía el reto radica en
generar una vía narrativa doble. Así, gracias a la habilidad
descriptiva de la debutante Lucia Cedron consigue en esta transición
de tiempos vislumbrar momentos dramáticos muy logrados donde un
elenco de primera línea se carga sobre si el peso y la hondura
angustiante del relato: Jorge Marrale, Mercedes Moran, Malena Solda
y Leonora Balcarce son, sin duda alguna, intérpretes impecables.
Así, los saltos temporales orientaran al espectador a medida que
este vaya armando el rompecabezas que representa la trama policial
que se inserta en este drama familiar con fuertes ribetes
ideológicos políticos.
Lucia
Cedron traslada al cine sus pergaminos en el mundo del cortometraje,
lo que hacia su debut anunciado y esperado, y no defraudo las
expectativas. Con acierto, con una cámara intimista, Cedron desnuda
inseguridades y angustias de esta familia en crisis, en medio de un
país en crisis, en medio de un gobierno en crisis. La potencia
dramática que asoma en medio de esta tragedia cercana a los
argentinos, también deja ver (con sus imperfecciones y cadencias)
las distintas capas de una obra compleja que se mete dentro del
nervio humano más sensible de parte de una sociedad que sufrió en
carne propia las consecuencias de procesos que jamás debieron de
haber existido. De esta forma, con la visión de este film, volverán
a la mente temas tan latentes y sin cicatrizar como el exilio y el
dolor de la memoria que a veces elige el olvido para poder perdonar.
Si el film es bien intencionado y hecho con profesionalismo, el cine
es un filtro más que apreciable para reconciliar estos aspectos.
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