El Tren de
las 3.10 a Yuma
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
Arizona, a finales de 1800. El ranchero Dan Evans, con la aspiración
de conseguir una recompensa que alivie sus penurias económicas,
decide colaborar en la captura del peligroso forajido Ben Wade,
reteniéndolo en su rancho hasta que llegue el tren de las 3:10 que
le trasladará a prisión. Una misión que pronto se volverá muy
violenta.
* * * /
BUENA
Esta
nueva versión de la homónima película dirigida medio siglo atrás
por Delmer Daves con Glenn Ford y Van Heflin resultó una gratísima
sorpresa, un gran ejercicio narrativo lleno de suspenso y tensión,
un excelente duelo actoral y una reivindicación desde el Hollywood
de hoy al clasicismo de las épocas mejores. El film original fue
adaptado de un cuento de Elmore Leonard, no solo un consagrado en el
terreno del suspenso, sino un referente mas que considerable a la
hora de basar obras suyas en películas (Steven Soderbergh y Quentin
Tarantino con “Un Romance Peligroso” y “Jackie Brown”
respectivamente son dos ejemplos validos.
Es
sabido, el western, que vivió su esplendor allá por los ’50 y ’60
pero que en tiempos actuales y desde “Danza con Lobos” o “Los
Imperdonables” hasta llegar a “El Asesinato de Jesse James”
pasando por producciones menores ha habido una cierta moda por
revivir el genero, un renacimiento a las fuentes que permite un leve
resurgir en las tradiciones genéricas que es mas una tendencia
comercial que un autentica nueva etapa del western, quien ya vivió
su mejor época y a quien figuras como John Ford, Clint Eastwood, Sam
Peckinpah y Kevin Costner hicieron grande. Vale aclarar, si el
intento de revivir al western se hizo moda, aun lo es mas el hecho
de producir remakes. Y es cierto, una moda más que dañina para el
cine hollywoodense que se hunde irremediablemente en dicha
mediocridad. De todas formas, no todas las remakes hechas son un
despropósito y casi siempre tiene que ver las figuras que están
detrás de cámara, quienes llevan delante el proyecto. Sin dudas en
este caso, no es lo comercial lo que prima, sino la buena intención
de redondear un buen producto, fiel al género y sus costumbres.
Con
simpleza narrativa para describir un conflicto y su resolución, así
como también contundencia a la hora de retratar escenas de acción,
esta remake funciona de forma eficaz adaptando una vieja historia
conocida que aborda los dramas familiares, la angustia económica y
la presión de los poderosos donde afloran permanentes y logrados
climas de suspenso, tan validos como convencionales, aunque vale
destacar, yendo puramente a lo narrativo, Mangold altera
notablemente el final respecto de la versión original.
James
Mangold es un realizador bastante irregular que ha transitado
mayormente por el terreno del suspenso (“Identidad”) y la
acción (“Tierra de Policías”). Desde su film mas logrado
hasta el momento, la urbana” Tierra de Policías”, Mangold llega a
este western luego de adaptar al cine la vida de Johnny Cash. El
film se propone en reconstruir el aparato social de la época en una
desértica Arizona que sirve como marco para narrar esta historia de
violencia, odio y venganza con un enfoque similar a la manera de la
corriente revisionista de los ’70.
Russel
Crowe tiene un papel que suma positivamente a lo reciente de su
trayectoria como lo fue el excelente secundario en “Gangster
Americano”. De prestancia y contundencia, el consagrado actor de
“Gladiador” brilla en la piel del malvado Ben Wade. Su
contrapunto actoral, Christian Bale, no se queda atrás y agrega de
la misma forma a su carrera otro papel para aplaudir. Su composición
arriesgada, se entromete en un personaje atormentado y sufriente que
es de las aristas mas desarrolladas e interesantes de un relato
donde las actuaciones brillan, en medio del despliegue visual de un
western filmado en la actualidad y bajo un relato con aciertos, pero
sin demasiadas innovaciones.
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