Imperio
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
La percepción de la realidad de una actriz se ve progresivamente
distorsionada, de manera cada vez más grave, al tiempo que va
descubriendo que, quizá, se este enamorando de su partenaire en un
remake de una producción polaca no terminada supuestamente maldita.
"Imperio" es la historia de un misterio en un mundo dentro de
otros mundos, que se revelan alrededor de una mujer. Una mujer
enamorada y en problemas. Un suburbio de Los Ángeles. Una mujer
desaparecida. Un misterio sin resolver...
* *
* / BUENA
Pasaron ya seis años desde la última incursión cinematográfica del
prolífico director David Lynch con la sorprendente “El Camino de
los Sueños”: un film hipnótico, cautivante, deslumbrante y que
plagado de desconcierto y despojado de cualquier regla genérica nos
planteaba un enigma y desbordaba su relato de un alto voltaje
erótico. Aquel film fue premiado en su oportunidad en Cannes. Y para
la presente edición anual, Imperio también llevo laureles a la
abultada galería de premiaciones de Lynch. “Imperio” retoma
parte de la huella dejada por el film citado en lo siguiente: se
ambienta en el mundo de Hollywood, existe un crimen de por medio
(pasado), sus protagonistas son actrices o aspirantes a) y de forma
abstracta combina el lenguaje cinematográfico que caracterizo al
precedente film de Lynch: un clima onírico, obsesivo y de perdición,
donde los límites entre cordura y locura, ficción y realidad, sueño
y vigilia se contraponen continuamente.
Laura Dern es una de las protagonistas del film. La actriz, quien ya
había colaborado con Lynch dos décadas atrás para quizás su film más
emblemático: “Terciopelo Azul”. Jeremy Irons y Harry Dean
Stanton completan, con intermitencias, el protagonismo de un elenco
con figuras secundarias conocidas. Sabemos de la particular
concepción cinematográfica de Lynch. Un exponente clásico del cine
de autor de hoy. Desde “Eraserhead”, pasando por “Carretera
Salvaje” Lynch ha desplegado en su repertorio un sinnúmero de
marcas registradas a la hora de manejar planos, climas, dirección
actoral y juegos de cámara que conjugados conforman ese tan
particular, a veces incomprensible pero deslumbrante a la vez, mundo
de David Lynch. Un universo de material fílmico donde la matriz
argumentativa, tal el caso de “Imperio”, se irá develando
lentamente y tendrá a su fiel espectador como cómplice.
Quien no esté acostumbrado al delirio y al surrealismo que Lynch
hace costumbre en sus films, difícilmente podrá seguir el intrincado
hilo de la trama. Si bien Lynch nunca hizo hincapié en atar todos
los cabos sueltos de la misma, en Imperio el impacto dramático pasa
más por los estados emocionales de los personajes (a los que Lynch
con sensibilidad somete a su sobrecargado filtro visual) y por ese
transitar onírico, casi a través de mundos paralelos a medida que
armamos las piezas de un rompecabezas que conformara las tres horas
de duración de “Imperio”. Un film valido como ejercicio
experimental y vanguardista de Lynch, con el sello que lleva el
arrojo y la audacia del director. Este, lejos de agotarse en sus
recursos, nos sorprende una vez más gratamente, pese a los excesos
que hacen de Imperio no una obra brillante, pero si un aporte
artístico necesario para el limitado cine de autor que Hollywood
ofrece por estos tiempos.
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