Jumper
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
David Rice ha crecido con el misterioso poder que casi todos sueñan
poseer: teletransportarse a cualquier lugar del mundo que imagine.
Hasta ahora ha utilizado sus poderes para escapar de su pasado,
alimentar su inmensa fortuna y permanecer completamente
independiente. Nunca ha conocido límites, fronteras ni
consecuencias. Pero cuando David descubre a otro joven igual que él,
un exaltado trotamundos rebelde llamado Griffin, la verdad de su
existencia se revela. Ya no es un curioso fenómeno singular de la
naturaleza, sino parte de una larga línea de anomalías genéticas
conocidas como "saltadores", que además nunca están a salvo. Ahora
David ha sido identificado por la organización secreta dedicada a
matarle, al igual que a todos los saltadores. Será perseguido sin
descanso en una caza que nos llevará literalmente de un confín al
otro de la Tierra, al tiempo que se convierte en una pieza clave de
una guerra oculta que se ha desarrollado durante siglos, invisible
para el resto de la humanidad.
* / MALA
La
premisa es la siguiente: un adolescente perdedor y objeto de burlas
(estereotipo que roza el lugar común) de forma repentina y sin
ninguna explicación previa, adquiere el poder de tele transportarse.
En ningún momento la película se molesta en dar los motivos de dicho
poder adquirido para saber las razones de este designio que hace ver
a su personaje como un potable héroe de comic, promesa al comenzar
el film que queda trunca en medio de una historia falta de sustento,
plegada de acción monótona y de poca fuerza dramática en esta
historia basada en la novela de Stephen Gould... Si no existe un
preludio para enterarnos como este muchacho adquiere poderes,
tampoco hay un interés por parte de los guionistas para hacernos
sabedores de porque este enfrentamiento entre “jumpers” y
“paladines”. El conflicto jamás se desarrolla y la trama, para nada
atractiva solo se compromete a interminables persecuciones dejando
un sinfín de cabos sueltos que dejan una sensación de vacío
narrativo que bien podrían aprovechar los irresponsables productores
de este mamarracho para lucrar con una secuela, que ya parece casi
número puesto.
El poco
carismático Hayden Christensen sobrevive en medio de un papel
mediocre y si nos ponemos profundos en un film que desborda
superficialidad hasta podríamos criticar y con justa razón a la
doble lectura que ofrece el personaje de Christensen: una vida
fácil, un perfil hedonista, un apropiarse de lo ajeno (robando) para
ganar bienestar de la forma mas fácil e impune. Si el film esta
destinado a un público adolescente y el héroe de cada historia
supone ser el modelo a seguir, este no es el más indicado
precisamente para los espectadores que (en su mayoría) padecerán las
desventuras de este inexplicable personaje. Mientras que, por su
parte, Samuel L. Jackson repite su incursión en uno de sus roles
excéntricos de villano, donde es cada vez mas asiduo verlo. Si bien
siempre grato de ver en pantalla, cabe preguntarse si un actor de
semejante calibre tiene que enredarse en films tan poco serios, como
también lo fueron recientemente “Terror a Bordo” o “Dinero
Sucio”. Aún mas intentendible e inexcusable resulta la
participación de una actriz de renombre como Diane Lane, insólita
inclusión en el reparto del film.
Los
efectos especiales utilizados (sin rumbo ni coherencia al alcance de
la mano para transportarnos a cualquier lugar del mundo) están a la
altura de este tipo de producciones, aunque una vez mas, toda la
parafernalia tecnológica esta puesta al servicio de una historia
nimia interpretada por personajes apáticos en medio de escenas de
acción. Mas allá de trasladarse a locaciones reales, por su
reiteración y falta de sorpresa terminar por aburrir cuando aun no
se cumplió la mitad del desarrollo del film, que hasta el momento
transcurría con medida emoción en este atolladero de imágenes sin
sentido que durante 80 minutos no despliega una idea conceptual
concreta.
Si
Doug Liman que se había revelado como un director potable para el
buen cine de acción industrial (y con un inicio cinematográfico en
el artesanal terreno indie) con “Identidad Desconocida” allá
por 2002, su siguiente fracaso de “Sr. y Sra. Smith” derrumbo
alguna que otra expectativa. Dicho tropezón se acentúa con este
total despropósito de película que diluye aun mas la calidad de los
film de Liman, un director hoy en día ya difícil de confiar debido a
sus dos últimos films, aquel protagonizado por la dupla Pitt y Jolie
repleto de banalidades para ser condescendiente con su dúo de
estrellas, mientras que este de un ingenio banal que desconcierta,
culpa de guionistas amateurs y de un Liman al servicio de la
mediocridad y el verticalismo que abunda en el cine de acción
hollywodense de hoy.
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