Sin Rastro
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
El FBI cuenta con un departamento que se dedica únicamente a
investigar y perseguir a los delincuentes que actúan en Internet. La
agente especial Jennifer Marsh creía haberlo visto todo… hasta
ahora. Un depredador cibernético cuelga torturas y asesinatos en su
página web. El destino de sus prisioneros depende del público:
cuantas más visitas registre su página web, más deprisa morirán las
víctimas. Cuando el juego del gato y del ratón se convierte en algo
personal, Jennifer y su equipo deberán lanzarse a una carrera
contrarreloj para encontrar al asesino.
* * /
REGULAR
Gregory
Hoblit es un buen director de cine pochoclero que gano buena fama
gracias a producir la serie “Policía de Nueva York”, uno de los
episodios más exitosos de los 90 que se asemeja a la hoy muy lograda
serie “CSI” (de la que “Sin Rastro” toma puntos en común para
la ambientación y la creación de climas). “Sin Rastro” es el
titulo del film en cuestión. Sin rastro en el film esta la mano de
un artesano del suspenso comercial como Gregory Hoblit. Apenas
atisbos que no llegan a un resultado satisfactorio. Ese Gregory
Hoblit que demostró ritmo y acierto para el suspenso ya sea en el
ámbito judicial (“La Verdad Desnuda” y “Crimen Perfecto”)
en el thriller psicológico (“Poseídos”) o en el drama de
ficción (“Frecuencia”) aquí perdió el rumbo. Y sobre todo, la
originalidad.
“Sin
Rastro” viene a ser un mix poco entendible entre la crudeza
visual de “El Juego del Miedo”, el villano encubierto,
esquizofrénico y torturador de “El Silencio de los Inocentes”
y la cibernética que resulta hoy día un lugar mas que común para
encubrir asesinos seriales en el mundo de la red y ambientar tramas
del cine de acción como la fallida “Firewall” o la apenas
pasable “Duro de Matar 4”. Un buen exponente que conjugo
cibernética y suspenso, fue el logrado thriller de mediados de los
90 “La Red” de Irwin Winkler. Como vemos, la alta tecnología
no le ha servido demasiado de sustento para historias que contar al
cine de suspenso hollywodense y en este caso, el producto es fallido
e insuficiente si lo que se quiere mostrar son los riesgos que
acarrea la proliferación del anonimato y la impunidad a través del
mundo virtual.
Diane
Lane es una actriz que ha madurado en el último tiempo.
Redescubierta casi el borde los 40 (cuando muchas protagónicas de
Hollywood plantan retirada) gracias a su papel en “Infidelidad”,
Lane ha sumado elogios y buenos roles desde “Días Salvajes”
hasta “Bajo el Sol de Toscana”. Pero ni su inentendible
aparición en la inmirable “Jumper” ni su correcto rol en este
discreto film ayudan a su permanencia en las grandes producciones.
Si bien con talento, demuestra que necesita de una contrafigura
masculina al lado y que sola el peso sobre sus espaldas de un film
le queda un tanto grande, no solo a ella sino a la débil historia en
si.
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