Testigo de
Cargo
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis: Un afable personaje, Leonard Vole, es acusado del
asesinato de una rica dama, la señora French, con quien mantenía una
relación de carácter amistoso. El posible móvil del crimen es la
herencia de todos los bienes de la difunta. A pesar de que las
pruebas en su contra son demoledoras, el prestigioso abogado
criminalista de Londres Sir Wilfrid Roberts acepta su defensa al
creer en su inocencia.
* * * * *
/ EXCELENTE
Adaptación de una novela de Agatha Christie llevada al ámbito
teatral, “Testigo de Cargo” es quizás dentro de las muchas
obras de la autora llevada a la pantalla grande una de las pocas
junto a “Asesinato en el Orient Express” que se lleven la
categoría de clásico de lujo. El guión nos sorprende de forma
permanente, brindándonos una trama que se conforma de manera de
rompecabezas junto a ambiguos personajes que insinúan ocultar más de
lo que muestran. Así, iremos redescubriendo la trama a medida que
las sorpresas se suceden y tensión, comedia, intriga, drama y
traición se mezclan en este perfecto entretenimiento elaborado por
gran artesano del Hollywood de la edad de oro que el espectador
disfrutaba de ver, Billy Wilder, el mismo de la brillante y mas
profunda “El Ocaso de una Vida”, acá se luce con un film que
no ha perdido su encanto a lo largo de los años.
De rubros
técnicos impecables, la puesta en escena elegante y sobria, nos
proporciona el clima necesario que ambienta a la conocida novela de
la reina del suspenso, al que matiza con ese consabido humor ingles
marca registrada a lo largo de toda la obra, ácido e irónico.
Ambientada en los estrados judiciales, un típico film thriller
judicial posee reminiscencias de la incursión en el subgénero de
Hitchcock y sus falsos dobleces en “I Confess” o el crescendo de
dudas en medio de un ambiente febril y frenético que tan bien supo
retratar Sydney Lumet en “Doce Hombres en Pugna”.
El film
reúne un gran elenco que se complementa a la perfección en pantalla:
protagonizada por un genial Charles Laughton ideal para su papel,
una siempre enigmática Marlene Dietrich diva como pocas y un
acertadísimo Tyrone Power, el film se nutre de la inclusión de
flashbacks y diálogos por demás ingeniosos que son introducidos en
la película en el momento justo. Estos recurso típicos del género
(que tan bien Wilder interpretó en “Doble Identidad”, llevándonos
por la trama de forma atrapante y produciendo ese efecto de sorpresa
y giros inesperados de los que se han nutrido incontable cantidad e
ejemplares del genero en años posteriores.
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