Magisterio de la Iglesia

Catecismo de la
Doctrina Cristiana
Escrito por el P. Gaspar Astete. (Continuación - 8)

P.: ¿Y qué cosas son las indulgencias? R.: Unas gracias por las cuales se concede la remisión de la pena temporal que se ha de pagar por los pecados en esta vida o en la otra.

P.: ¿ Y cómo se han de ganar? R.: Haciendo en estado de gracia lo que se manda a este fin.

P.: Y los que por no satisfacer en esta vida van al purgatorio, ¿nosotros les podemos socorrer y ayudar? R: Si, P., con las mismas obras con que podemos satisfacer.

P.: ¿Y es menester siempre que uno cae en pecado mortal confesarse luego para que se le perdone? R: Bien sería, pero no es necesario.

P.: ¿Pues qué ha de hacer? R: Tener verdadero dolor de perfecta contrición de sus pecados, con propósito de enmendarse y confesarse cuando lo manda la santa madre Iglesia.

P.: ¿Qué cosa es pecado venial? R: Es una disposición del pecado mortal.

P.:¿Por qué se llama venial? R: Porque ligeramente, esto es, con facilidad, cae el hombre en él y ligeramente se le perdona.

P.: ¿Por cuántas cosas se le perdona? R: Por nueve.

P.: ¿Cuáles son? R: La primera, por oír Misa.

La segunda, por comulgar.

La tercera, por decir la Confesión general.

La cuarta, por Bendición Episcopal.

La quinta, por Agua Bendita.

La sexta, por pan bendito.

La séptima, por decir el Pater Noster.

La octava, por oír Sermón.

La nona, por golpes de pechos pidiendo a Dios perdón.

P.: ¿Por qué añadís: pidiendo a Dios perdón? R: A fin de dar a entender que, para conseguir el perdón de los veniales por estas cosas, hemos de tener algún dolor sobrenatural de ellos.

P.: ¿ Y estamos obligados a confesar los pecados veniales? R: No, P., mas es bueno y provechoso.

P.: Y al que después de la última confesión tiene solos veniales, ¿qué le será conveniente hacer para asegurar el dolor y propósito? R: Confesar también, aunque se confiese de éstos, algún pecado mortal de la vida pasada.

P.: ¿Para qué es el Santísimo Sacramento de la Comunión? R: Para que, recibiéndole dignamente, sea mantenimiento de nuestras almas y nos aumente la gracia.

P. ¿Por qué decís dignamente? R: Para manifestar que este Sacramento no será mantenimiento de nuestras Almas si no le recibimos con la disposición necesaria, tanto de parte del Alma como de parte del Cuerpo.

P.: ¿Pues qué disposición es necesaria de parte del Alma? R: Estar en gracia de Dios.

P.: Y el que cayó en pecado mortal, ¿cómo se ha de disponer para comulgar? R: Confesándose.

P.: Y el que, después de confesado, se acuerda de algún pecado grave, ¿qué debe hacer? R: Confesarlo antes.

P.: ¿Y de parte del cuerpo, qué disposición se requiere? R: Llegar (no siendo la comunión por viático) en ayunas, sin haber comido ni bebido cosa alguna desde las doce de la noche antecedente.

P.: ¿Qué recibís en el Santísimo Sacramento de la Comunión? R.: A Cristo, verdadero Dios y Hombre, que está verdaderamente en el Santísimo Sacramento del Altar.

P.: ¿Según eso, quien está en la hostia después de la consagración? R: El Cuerpo de Jesucristo, juntamente con su sangre, alma y divinidad.

P. ¿Y en el cáliz? R.: La sangre de Jesucristo juntamente con su cuerpo, alma y divinidad.

P.:. Según eso, ¿todo Jesucristo esta en la hostia y en el cáliz? R.: Todo Jesucristo esta en la hostia y todo en cualquiera parte de ella y lo mismo en el cáliz.

P.: Y, después de la Consagración, ¿hay en la Hostia pan o en el Cáliz vino? R.: No, P., sino los accidentes de pan y vino, como olor, color, saber, etc.

P.: Y si se parte la Hostia o divide lo que hay en el Cáliz, ¿se parte o divide Jesucristo? R: No, P., todo entero queda en todas y cada una de las partes.

P.: ¿Y el que llega a la comunión, sin las disposiciones dichas, recibe también a Jesucristo? R: Si, P., mas sin provecho alguno, porque comete un gravísimo pecado.

P. Y aquellos a quienes aprovecha, además de lo dicho, ¿qué les será conveniente hacer para que consigan mayores frutos? R.: Considerar, antes de comulgar, quién es el Señor que viene a ellos, ejercitarse en actos de fe, esperanza y caridad, recibirlo con grande humildad y reverencia y después darle gracias por tan grande beneficio.

P.: ¿Para qué es el Sacramento de la Extrema Unción? R: Para tres cosas.

P.: ¿Cuáles son? R: La primera, para quitar los rastros y reliquias de la mala vida pasada.

La segunda, para dar esfuerzo al alma contra las tentaciones del demonio.

La tercera, para dar salud al cuerpo, si le conviene.

P.: ¿Y tienen obligación los que llegaren al uso de la razón y se hallaren enfermos de peligro de recibir este Sacramento? R: Sí, P., y pecan mortalmente, si pudiendo no lo reciben o lo hacen en pecado mortal.

P.: ¿Pues qué ha de hacer el que se halla en pecado mortal para recibirlo dignamente? R: Confesarse antes, y, no pudiendo ejecutarlo, hacer un acto de perfecta contrición.

P.: ¿Para qué es el Sacramento de la Orden? R: Para consagrar y Ordenar dignos Ministros de la Iglesia como son Sacerdotes, Diáconos y Subdiáconos.

P.: ¿Y los Ministros de la Iglesia, particularmente los Sacerdotes, deben ser respetados y venerados con especialidad? R: Si, Padre.

P.:¿Para qué es el Sacramento del Matrimonio? R: Para casar y dar gracia a los casados, con la cual vivan entre sí pacíficamente y críen hijos para el Cielo.

P.: ¿Y es necesario para recibir dignamente este Sacramento estar los que se casan en gracia de Dios? R: Si, P., debajo de pecado mortal.

P.: Y los que no se hallan en gracia de Dios, ¿cómo se han de disponer para recibirlo? R: Confesándose.

LOS PECADOS CAPITALES SON SIETE

El primero, Soberbia.

El segundo, Avaricia.

El tercero, Lujuria.

El cuarto, Ira.

El quinto, Gula.

El sexto, Envidia.

El séptimo, Pereza.

P.:¿Por qué llamasteis pecados Capitales a los siete que comúnmente se llaman mortales? R: llámanse Capitales porque son cabeza, como fuentes y raíces de otros vicios que de ellos nacen; y llamarse mortales no les cuadra tan bien, pues muchas veces no son más que veniales.

P.: ¿Cuándo son mortales? R: Cuando son contra la caridad de Dios y del prójimo.

P.: ¿Cuándo son contra la caridad? R: Cuando por ellos se quebranta algún Mandamiento de Dios o de la Iglesia en cosa grave.

P.: ¿Qué es Soberbia? R: Un apetito desordenado de ser preferido a otros.

P.: ¿Qué es Avaricia? R.: Un apetito desordenado de hacienda.

P.: ¿Qué es lujuria? R: Un apetito desordenado de sucios y carnales deleites.

P.: ¿Qué es Ira? R.: Un apetito desordenado de venganza.

P.: ¿Qué es Gula? R.: Un apetito desordenado de comer y beber.

P.: ¿Qué es Envidia? R: Un pesar del bien ajeno.

P.: ¿Qué es Acidia o Pereza? R: Un caimiento de ánimo en bien obrar.

CONTRA ESTOS VICIOS HAY SIETE VIRTUDES

Contra Soberbia, Humildad. Contra Avaricia, Largueza. Contra Lujuria, Castidad. Contra Ira, Paciencia. Contra Gula, Templanza. Contra Envidia, Caridad. Contra Pereza, Diligencia.