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[1] Este
Símbolo de la fe o Credo está deducido de distintos lugares de las
catequesis de Cirilo. Es el resultado de la elaboración que se explica en
Migne PG 33, 533-535. Sobre los avatares redaccionales de la presente versión,
cf ibid., 523-531. La denominación de «apostólica» manifiesta que los
contenidos de la fe que aquí se expresan coinciden, aunque la formulación
pueda parecer distinta, con los que los apóstoles predicaron. Se respetan
también aquí las citas bíblicas añadidas en Migne, salvo algún retoque
secundario.
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[2] Cf
Jn 14, 1.
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[3] Is
45, 18; 1 Co 8, 6.
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[4] Rom
8, 15-16.
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[5] Por
ej., Jer 32, 19.
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[6] Cf.
Sal 136. Gén 1, 1-2,25 contiene los dos relatos clásicos de la creación.
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[7] Cf.
Col I,16.
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[8] Jn
1, 18; 3, 16.
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[9] Especialmente
ilustrativo es Jn 1, 1-2;cf. I Jn 1, 1.
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[10] 1
Jn 4, 2.
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[11] Cf
Lc 1, 35.
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[12] Cf
1 Cor 15, 3-4. Los expertos están en general de acuerdes en que muy
probablemente I Cor 15, 3-4 transcribe una confesión de fe anterior a la
redacción de la carta. De ello se deduciría con claridad que data de los más
antiguos tiempos de la Iglesia la costumbre de fijar o de reunir en los
credos o símbolos de la fe («símbolo» = concepto = reunión o compendio)
las afirmaciones cristianas esenciales.
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[13] Aparte
de los relatos evangélicos, cf. 1 Cor 15.
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[14] Mc 16, 19. Cf Hech 1,9.
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[15]
Mt 25, 31.
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[16] Cf.
1 Ts 4, 16-17.
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[17] Cf.
Lc 1, 32.
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[18] Jn
16, 5-15.
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[19]
2 Pe 1, 19-21.
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[20]
El sentido de «un bautismo» es en estos
credos antiguos el de «un único» o «un solo bautismo». La idea que con
esta unicidad se expresa es que el bautismo no puede recibirse más que una
vez, aunque se hubiere caído posteriormente en la herejía. Fue un grave
problema de la Iglesia antigua, ante el que ésta decidió con claridad la
unicidad del bautismo. «Bautismo de conversión» o de penitencia expresa
que el bautismo significa y sella eficazmente la conversión del hombre.
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[21]
Las llamadas «cuatro notas» o características
de la Iglesia.
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[22]
De nuevo, I Cor 15.
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[23]
La expresión «vida eterna», aplicada a la vida del mundo futuro, aparece
con frecuencia en el NT: por ejemplo, Mt 25, 46; cf. Jn 5, 29; I Cor 15.
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