Certeza
por Humbert God
Una mañana
creí
en la mañana
y en el bullir eterno de las voces,
en el signo
que fraguaba con su alegoría
toda la sabiduría de la humanidad,
en la temporalidad de mis pensamientos,
en tus pasos
que se arrimaban
seguros
para alcanzarme;
aunque siempre supe
que sólo mi imagen
reflejada sobre el charco
es la que responde a la verdad.