¿QUÉ ES EL ARTE? O ¿QUÉ NO ES EL ARTE?

Crítica a: "De Read, las moscas, el arte." De Rolando Lazarte

Por María José García

 

 

 

Ante todo es más que bienvenida la nota que recibimos de Rolando Lazarte, que dio nacimiento a esta nota, porque estamos en los márgenes, donde a partir de la diferencia construimos. La posibilidad de debatir y mantener abiertas todas las categorías y conceptos con que nos martillan el intelecto, son condición necesaria para que el margen crezca y devore al centro, sin reemplazarlo.

Creo que no es casual que cuando se quiere definir algo, se comience por lo que 'no es', aunque coincido en que no importa el concepto en sí, pero es una forma de desmembrar todo el contenido con que se ha rellenado el concepto de "arte".

Bien podríamos decir que el arte es aquello no comercial, nuestro lado no mercantil, o su contrario, que el arte es la muerte de la forma o que cuando el sujeto se diluye en la obra, ésta es capaz de alcanzar el status de obra de arte. A priori, no podemos recurrir a la abstracción, creo que las leyes inmanentes del arte quedaron obsoletas con la partida de defunción del primer Formalismo Ruso. Para contestar a la premisa del arte en tanto no mercantil, existió la Generación Bit; para demostrar la inclusión de la tecnología en el arte, existió la revolución del cine (y si se me permite la grandilocuencia: nosotros mismos, "Marginalia" en Internet); para echar por la borda el arte romántico existió el futurismo y su alabanza a la fuerza del hombre, la era industrial y el progreso.

Sólo con el fin de establecer un punto de partida, podemos decir que desde la muerte del arte sacro (como arte hegemónico) a manos del Drama Burgués, hasta nuestros días, el arte se nos definió, marcó y expuso de mil formas y contenidos distintos. ¿Será que Kafka tenía razón cuando decía que el arte es un espejo que como algunos relojes, va adelantado.? ¿Será que el arte con sus propios ritmos, no deja de estar determinado por las relaciones que nos determinan a quienes lo producimos? ¿Será que por más que nos duela reconocerlo no somos dueños de la obra ni de su "uso"?

Creo que nos dejamos vestir con la bandera de la libertad, la igualdad y la fraternidad, si creemos que el arte es ese espacio "puro" en el que podemos volcar nuestra experiencia, moldear con nuestras utopías y cargarlo como un fusil con nuestras esperanzas, sin más, haciendo del arte el lugar del no lugar, de la realización de lo irrealizable en la vida. La experiencia de las vanguardias del siglo recientemente finalizado nos demostró que si no subvertimos las relaciones de la sociedad, el arte no permanecerá ajeno a esto y será absorbido estéticamente por un nuevo canon. El arte no es un baúl de recuerdos, ni un melancólico trazo que cuenta hermosamente nuestro paso por este mundo. O bien no debería serlo. Creo que por esa razón estamos en el margen, porque el arte no es, sino lo que no es. No hace sino mostrarnos lo que no seremos, lo que apenas estamos esbozando y nos es arrancado, como la vida misma. Sólo si no somos inocentes respecto del arte y su "función social", podremos tomarlo como herramienta y despojarlo de la mortaja de la inacción de la mera herencia para nuestros descendientes como simple dato historiográfico o nostálgica canaleta de nuestros días.

 

 


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