CONSAGRACIÓN DE LA REPÚBLICA ARGENTINA AL INMACULADO CORAZÓN DE  LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA 

   El 30 de noviembre de 1969 la República Argentina fue consagrada al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María. 

   Arrodillado a los pies de la Santísima Virgen de Luján, el entonces Presidente Onganía leyó la fórmula consagratoria:

   Madre de Dios: Señora de Luján, a quien nuestro Pueblo os llama también la Virgen de  Itatí; Madre del Nordeste argentino; Señora de Sumampa en Santiago del Estero y Virgen de Catamarca; Milagrosa Imagen de la Virgen en Santa Fe y Virgen del Milagro en Salta, ante Vos estamos aquí reunidos.
   Nuestra bandera tiene el mismo color de vuestra túnica y manto. Nuestra historia os venera en sus dramas y en sus júbilos. Virgen del Rosario, la Reconquistadora; Virgen del Carmen, patrona del ejército emancipador por voluntad del Libertador de medio continente, patrona del pueblo argentino y de sus regimientos militares; Virgen de Loreto, patrona de la Marina y la Virgen de la Merced, Generala de nuestro Ejército. Nuestros próceres y héroes os invocaron antes de la batalla y después de la victoria. Aún se escucha la voz de san Martín, Belgrano, de Pueyrredón, de Güemes, de Lamadrid y de Díaz Vélez: ¡Salve Señora de Nuestro Pueblo!. Es que es la Argentina de hoy y de siempre la que da carril y empuje a esta manifestación de fe. Fieles a Vos, leales al país y a nuestra historia, nos sumamos al testimonio de Fe que nos legaron los fundadores de la Patria y, conscientes de la responsabilidad que impone a todos esta hora del mundo, llegamos a Luján, pago y santuario entrañablemente nuestro, de todos los argentinos, para consagrar a Vuestro Inmaculado Corazón, Nuestra República y todos nuestros esfuerzos, implorando bendiciones por la grandeza de la Patria. Así sea".