Oh glorioso San José,
poderoso protector de la Santa Iglesia, mirad cuántas y cuán tremendas
persecuciones la oprimen. Mirad también las innumerables almas empeñadas en
dura lucha dentro y fuera de ella. Acudid en nuestro socorro con Jesús y María
y con los ejércitos celestiales de los ángeles y santos. Confundid las
asechanzas de los impíos y encended en santo celo a todos los cristianos, para
que sigan decididos las huellas de Jesús y para que, luchando por Cristo con
cuerpo y alma y con todos sus bienes, alcancen en su Nombre sacrosanto la
victoria.
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San José, Esposo de la bienaventurada Virgen
María.
Te hizo Dios como padre del Rey y Señor de toda su casa,
ruega por nosotros.
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Dios todopoderoso que confiaste los primeros
misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de
San José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve
fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora.
Por nuestro Señor Jesucristo.
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Bendito José, casto esposo de la Virgen
María, permanece con nosotros en este día. Tú que protegiste a la
Virgen; y amaste al Niño Jesús como a tu propio Hijo, le rescataste del
peligro de muerte. Defiende la Iglesia, la casa de Dios, comprada por la
sangre de Cristo.
Guardián de la Familia Santa, permanece
con nosotros en nuestras pruebas. Que tus oraciones nos obtengan la fuerza
para huir del error y luchar contra los poderes de la corrupción de
manera que en esta vida crezcamos en santidad y después de la muerte nos
regocijemos con la corona de victoria. Amén.
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Oh glorioso San José, tú fuiste
escogido para ser el padre adoptivo del Señor Jesús, el esposo
de María nuestra Madre, siempre Virgen, y la cabeza de la Santa
Familia.
Tú has sido también escogido
por el Vicario de Cristo como el Patrono celestial y protector
de la Santa Iglesia fundada por Cristo.
Protege al Supremo Pontífice y a
todos los obispos y sacerdotes en comunión con él.
Sé tú el protector de todos los que trabajan por los fieles en
medio de las pruebas y tribulaciones de este mundo; y concede a
todos los hombres ser dóciles a la Iglesia fuera de la cual no
hay salvación.
Querido San José, acepta esta
ofrenda que te hago. Sé mi padre, protector y guía en el
camino de la salvación. Obtenme la pureza de corazón y el amor
para fortalecer mi vida espiritual. Que siguiendo tu ejemplo,
todas mis acciones sean ofrecidas para mayor gloria de Dios, en
unión con el Divino Corazón de Jesús y de María. Finalmente,
ruega para que pueda yo compartir la paz y el gozo de tu santa
muerte. Amén. |
Santo Patriarca, dignísimo
esposo de la Virgen María y Padre adoptivo de Nuestro Redentor Jesús,
que por vuestras heroicas virtudes, dolores y gozos merecisteis tan
singulares títulos; y por ellos, especialísimos privilegios para
interceder por vuestros devotos; os suplico, Santo mío, alcancéis la
fragante pureza a los jóvenes y doncellas, castidad a los casados,
continencia a los viudos, santidad y celo a los sacerdotes, paciencia a
los confesores, obediencia a los religiosos, fortaleza a los perseguidos,
discreción y consejo a los superiores, auxilios poderosos a los pecadores
e infieles para que se conviertan, perseverancia a los penitentes, y que
todos logremos ser devotos de vuestra amada Esposa, Maria Santísima, para
que por su intercesión y la vuestra podamos vencer a nuestros enemigos,
por los méritos de Jesús, y conseguir las gracias y favores que os hemos
pedido para santificar nuestras almas hasta conseguir dichosa muerte, y
gozar de Dios eternamente en el Cielo. Amén. |
Glorioso Patriarca San José, que viviste y vives cerca del
Hijo de Dios y de su Madre la Virgen María, a quienes te dedicaste a servir con
todo cuidado, amor y diligencia:
Me acerco a ti y lleno de confianza te pido intercedas en mi
favor para que Dios me conceda, por tu intercesión, la gracia que en este
momento necesito (se hace en forma explícita la petición del favor que se
desea obtener).
Mira mis intenciones y oriéntalas y hazlas agradables a los
ojos de Dios. Ruega para que mi vida sea digna y consecuente de mi condición de
hijo de Dios, realice mi existencia según sus designios y pueda gozar para
siempre en tu compañía de su eterna felicidad. Amén
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Glorioso patriarca San
José, cuyo
poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, venid en mi ayuda en estos
momentos de angustia y dificultad. Tomad bajo vuestra protección las situaciones
tan serias y difíciles que os encomiendo... a fin de que tengan una feliz
solución. Mi bienamado Padre: toda mi confianza esta puesta en Vos. Que no se
diga que os he invocado en vano. Y puesto que Vos podéis todo ante Jesús y María, mostradme que vuestra bondad es tan grande como vuestro poder. Amen. |
VISITA
A SAN JOSÉ
¡Oh castísimo esposo de la
Virgen María, mi amantísimo protector San José! Todo el que implora vuestra
protección experimenta vuestro consuelo. Sed, pues, Vos mi amparo y mi guía.
Pedid al Señor por mí; libradme del pecado, socorredme en las tentaciones y
apartadme del mal y del pecado. Consoladme en las enfermedades y aflicciones.
Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto os pueda ser
acepto y agradable para merecer dignamente vuestro amparo en la vida y en la
hora de la muerte. Amén.
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MÁS
ORACIONES
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