Juan, patricio romano, como
careciese de hijos, decidió, con su mujer, consagrar sus bienes a la
Santísima Virgen. Durante un buen tiempo le rogaron que les hiciese
conocer qué empleo habrían de dar a sus riquezas. La Santísima Virgen
se les apareció y les ordenó construir una iglesia en el lugar que, al
día siguiente, encontrasen cubierto de nieve. El Papa Liberio tuvo la
misma revelación, y, en pleno verano, se encontró una parte del monte
Esquilino cubierto de nieve. Se edificó allí una iglesia bajo la
advocación de Nuestra Señora de las Nieves o basílica
Liberiana, hoy Santa María la Mayor. En el siglo VII fue en ella
depositado el Pesebre de Belén.
MEDITACIÓN
SOBRE EL BUEN USO
DE LAS RIQUEZAS
I. Si Dios te ha dado riquezas, debes hacer
buen uso de ellas. Él te permite que emplees una parte para tu sostén,
según tu condición, y conforme con las reglas del Evangelio. No las
malgastes, pues, en locuras; no las emplees en satisfacer tu vanidad, en
alimentar tu lujo, en procurarte criminales placeres. Sería oponerse al
fin que se propuso Dios al concedértelas.
II. Dios quiere que emplees parte de tus
riquezas en el decoro de sus templos y en el alivio de los pobres. ¿Qué
mejor uso podrías hacer de ellas, sobre todo si no tienes hijos? Y si los
tienes, ¿no es justo, acaso, que destines parte de tus bienes, adquiridos
con tanto trabajo, en el alivio de tu propia alma, redimiendo tus pecados
mediante tus limosnas? ¡Extraña ceguera! Fatigase la gente por dejar
muchos bienes sobre la tierra, y no piensa en hacer que sus riquezas den
frutos para la eternidad!
III. El apego que se tiene a los bienes de
la tierra es la causa del mal uso que de ellos se hace. Será preciso
dejarlos el día menos pensado, ¿por qué, pues, te condenas y te haces
desgraciado aun en este mundo, para que aprovechen herederos ingratos que
impacientemente esperan tu muerte? Se alegrarán ellos, mientras ardas tú
por haberlos enriquecido; y si estás en el purgatorio, preferirán
dejarte allí antes de sacrificar, para alivio de tu alma, la más mínima
parte de las riquezas que tan locamente les abandonaste.
La devoción a la Santísima Virgen María
Orad por las Congregaciones de María.
ORACIÓN
Dignaos, Señor, concedemos
la salud del alma y del cuerpo; y acordadnos, por la intercesión de la
Bienaventurada Virgen María, que seamos librados de los males de la vida
presente y que gocemos en el cielo de la eterna felicidad. Por J.
C. N. S. Amén.
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