Con objeto de mantener vivo el deseo de Dios,
debemos, en ciertos momentos, apartar nuestra 
mente de las preocupaciones y quehaceres que de
algún modo nos distraen de él, y amonestarnos
  a nosotros mismos con la oración vocal.
(San Agustín: Carta 130, a Proba)

   El beato Pedro Zúñiga nació en Sevilla, pero creció en América, donde su padre fue sexto virrey de la Nueva España y del Perú. Al regresar a España, entró en la Orden de San Agustín. Después de su ordenación, fue enviado a Manila, en 1610. En 1620 fe asignado al Japón, a donde intenta llegar, junto con su compañero, Luis Flores, ambos disfrazados,  en una pequeña barca,  pero fueron capturados por piratasholandeses protestantes, que los entregaron a un cacique japonés, que los arrestó.  Los Beatos Pedro Zuñiga y Luis Flores, fueron quemados vivos en Nagasaki, mientras que el capitán y la tripulación que los habían llevado murieron decapitados. Pío IX beatificó a todos en 1867.