El Beato Bernardo, hijo de la
noble familia de Tolomei, nació en Siena en 1272; su biografía fue
escrita por el dominico Lombardelli (+ 1613) aunque no está totalmente
documentada.
De joven, Bernardo estudió en Siena, en el convento dominico
de Santo Domingo, prosiguiendo sus estudios hasta recibirse de abogado en
la Universidad de la ciudad.
En plena crisis religiosa, por intercesión de Nuestra
Señora se cura de una enfermedad de la vista, que lo lleva a abandonar la
ciudad y su vida mundana. Siguiendo la inspiración del cielo, en 1313,
año de una nueva lucha sangrienta entre ciudadanos adversarios, Bernardo Tolomei
junto con dos conciudadanos, el noble Patricio Patrizi y Ambrosio
Piccolomini, abandona Siena retirándose a Accona, una propiedad de los Tolomei, a 15 km
de la ciudad.
Dejando sus hábitos de abundancia, los reemplazan por otros
más modestos, cambian sus nombres, dedicándose a una vida de oración,
penitencia y soledad eremítica. Todavía se conserva la gruta de aquel
período, compuesta por una pequeña capilla que Tolomei se había hecho
construir.
La vida ascética de estos tres jóvenes, pronto atrajo a
otros muchos nobles y plebeyos, que decidieron unirse a ellos. Bernardo
haciéndose responsable de todos, se dirigió al obispo de Arezzo en cuya
jurisdicción se encontraban, para obtener la autorización, canónica
para su comunidad.
El 26 de marzo de 1319, el obispo de Arezzo Guido Tarlati,
concedió a Bernardo Tolomei y a Patricio Patrizi ‘Charta
fundations’ del naciente monasterio de Santa María del Monte de los Olivos,
bajo la Regla de San Benito. Adoptaron hábito blanco, con el objeto de
honrar a la Virgen María, de quien Bernardo era devotísimo y cuya
devoción dejará en herencia a la espiritualidad de laCongregación.
En ese mismo año (1319),
Bernardo y sus compañeros hicieron su profesión
religiosa, recibiendo el hábito monástico de manos del delegado del obispo.
Dejando el estilo de vida eremítica para profesar la Regla
Benedictina enriquecida por la precedente experiencia ascética,
establecieron que el abad fuera elegido solamente por un año. La
elección como primer abad, recayó en Bernardo, pero éste, aduciendo su
dificultad visual, no aceptó, de modo que fue elegido Patricio Patrizi;
pero en 1321, Bernardo ya no pudo rehusarse y se convirtió en abad de su
monasterio. Prueba de su excepcional personalidad, es que durante
veintisiete años, los monjes lo fueron eligiendo como abad, año tras
año, prácticamente casi hasta su muerte, dándole todas las facultades y
poder de decisión sin tener que rendir cuenta a nadie.
Por al menos dos veces trató de dejar el cargo, en 1326 y
1342, apelando no solamente a su dificultad visual, sino también a que no
era sacerdote, habiendo recibido solamente las órdenes menores, pero el
legado pontificio reafirmó su legitimidad canónica. Todavía en
vida de San Bernardo, se unieron a la primera abadía por lo menos otros
once monasterios. Además, el 21 de enero de 1344, el abad obtuvo
del Papa Clemente VI, residente en Avignon, la aprobación pontificia.
La tradición atribuye al misticismo de Bernardo coloquios
con el Crucifijo y otras apariciones de santos. En 1348, durante la gran peste,
hubo numerosas víctimas de la misma en el monasterio. Después de ayudado
y confortado a sus propios hijos, Bernardo muere, según la tradición, el
20de agosto de 1348, víctima también él de la peste.
Después de la destrucción del monasterio de Siena en 1554,
durante la guerra entre Carlos V y la República de Siena, las reliquias
del Beato se perdieron.
En su congregación se lo
consideró Beato desde el siglo XV, su culto fue aprobado por el Papa Pío
II, que visitó el monasterio del Monte de los Olivos en 1462. Fue
confirmado como beato por decreto de la Congregación de Ritos, el 24 de
noviembre de 1644. En 1680 la fiesta religiosa del
20 de agosto fue pasada al 21 agosto a causa sobreponerse en ese
día (el 20) con la del gran San Bernardo de Clarabal.
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