La verdadera perfección consiste en esto:
hacer
siempre la santísima voluntad de Dios.
(Santa Catalina de Siena)
San Andrés nació en la
primera mitad del siglo IX, probablemente en Irlanda, por lo que en muchos
países europeos a cualquier peregrino se le daba el nombre de "Scotus",
de donde debe haber salido la leyenda de un Andrea Scoto. Andrés, fue
educado por Donato, irlandés y maestro de filosofía a quien luego sigue
en una peregrinación a Roma. Llegado a Fiésole llamado por una voz
sobrenatural, Donato es elegido obispo, y permanece allí cuarenta y siete
años. Andrés es ordenado diácono y como archidiácono asistente de Donato,
adquiere gran fama por la austeridad de vida y su caridad sin
límites. Restaurada la iglesia de San Martín, destruida por los
húngaros, Andrés construye junto a ella un monasterio y se retira allí
con algunos compañeros. Es dudoso que hayan abrazado la regla
benedictina, en todo caso, el Mabillon, lo excluye del Catálogo de santos
de la Orden.
Pocos años después de la muerte de Donato (876) también
Andrés cayó gravemente enfermo. Antes de morir, expresó su ardiente
deseo de ver a su hermana, Santa Brígida a quien muchos años antes
había dejado en Irlanda, y ésta fue milagrosamente transportada a su
cabecera. Rodeado de sus hermanos de congregación, entregó su alma al
Señor, a fines del siglo IX.
Fue sepultado en la iglesia de San Martín en Mensola. Su
tumba se descubrió en 1285 pues con numerosas apariciones, impidió que
junto a ella fuera sepultada una pecadora. El obispo Leonardo Bonafede (m. 1545)
transportó las reliquias de San Andrés a un nuevo altar de la iglesia.
Su fiesta se celebra en Fiésole el 2de agosto y su culto es antiquísimo.
Se tienen noticias de una hermandad que llevaba su nombre, fundada a fines
de 1600, y la Compañía del Santísimo Sacramento bajo el Título
de San Andrés de Escocia aún hoy existe y está activa en la iglesia de
San Martín en Mensola.
Hay una vida de San Andrés escrita en italiano en el siglo XIV o XVI:
la obra está precedida por una dedicatoria a un Leonardo Bonafede y el
autor es Filippo Villani. Si ese Leonardo es el obispo que se ocupó de la
traslación de las reliquias del santo, puede decirse que esta biografía
fue escrita en el siglo XVI o, en el siglo XIV si el Leonardo de la
dedicatoria no es el obispo de Fiésole.
Gougaud, partiendo de la constatación de que el nombre de
San Andrés no figura en la vida de Donato, tiene fuertes dudas de que
haya sido irlandés.
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