San Ceferino, sucesor de San Víctor en la Sede
Apostólica, resistió valientemente a
los herejes y a los paganos. Durante la persecución del emperador Severo fue
el sostén y el consuelo de los fieles; su caridad le hacía experimentar sus
sufrimientos como si fueran propios. Murió hacia el año 217.
MEDITACIÓN
CÓMO HAY QUE ORDENAR
LOS
DESEOS
I.
Nuestra felicidad en esta vida depende de la regla que impongamos a nuestros
deseos. Aprende a limitarte en el deseo de los bienes naturales. Quisieras
gozar de mejor salud, poseer más ingenio, más fuerzas, más hermosas
cualidades naturales; este deseo es fuente de inquietudes. Conténtate con lo
que Dios te ha dado, agradécele; acaso te condenarías si tuvieses los
brillantes talentos que de seas. Aunque ahora tuvieras lo que deseas, no por
ello estarías más contento. Sólo Dios puede colmar tus anhelos. Dedícate a
hacer su voluntad y todos tus deseos serán satisfechos.
II. Conténtate asimismo con los bienes de fortuna que Dios
te ha dado; no son las riquezas, ni los honores, los que te harán feliz. ¡Cuántas
personas hay más pobres que tú y sin embargo son más dichosas, porque no
desean sino lo que Dios quiere que posean! El pecador es infeliz, tenga o no tenga lo que él
desea. (San Próspero).
III. Un deseo te es permitido, es el llegar a un
grado más alto de santidad; hasta debes imitar las heroicas virtudes que
admiras en los santos, en la medida en que tu estado y condición te lo
permitan. Examínate acerca de los deseos de tu alma; desea con ardor llegar a
la santidad. Nada esperes, nada temas, y habrás reducido a la impotencia la
cólera de tu enemigo. (Boecio).
La resignación a la voluntad de Dios
Orad por vuestra patria.
ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con benevolencia
a vuestro rebaño, y custodiadlo con protección constante por vuestro
bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Ceferino, a quien constituisteis
pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.
|