Bernardino fue un confesor del siglo XVI. Entre los patronos del la ciudad
italiana de Leche se encuentra este padre jesuita.
Tenía más de 80 años cuando las autoridades civiles fueron a
pedirle que tomara la ciudad la ciudad bajo su protección.
Bernardino Realino nació en en Darpi (Italia) el 1° de
diciembre de 1530. La primera parte de su vida transcurrió en
Emiliala. En los años juveniles Bernardino obtuvo halagüeños éxitos
literarios, fruto de un vivo amor por los estudios humanísticos, que comenzó
en su casa bajo la guía de buenos preceptores. Después los continuó en la
Academia de Módena, luego en la Universidad de Bolonia, en donde frecuentó
durante tres años cursos de filosofía y medicina, luego los de derecho
civil y eclesiásticos, graduándose en 1556.
Bernardino Realino fue alcalde de Felizzano; además, abogado
fiscal en Alessandria, y después nuevamente alcalde de Cassine. Los cuadros
de devoción del Santo nos lo presentan recibiendo en sus brazos al Niño
Jesús. En efecto, debido a la aparición de la Virgen Santísima y el Niño
Jesús, Bernardino abandonó la brillante carrera administrativa y entró a
la Compañía de Jesús, en 1564; a los tres años recibió la Ordenación
Sacerdotal y fue nombrado director espiritual y maestro de los novicios. En
1574 lo mandaron a Lecce para fundar un colegio, y allá permaneció hasta
su muerte, acaecida el 2 de Julio de 1616. Elegido protector de la ciudad
antes de su muerte, fue beatificado en 1895 por León XIII y propuesto como
ejemplo de educador. Fue canonizado por Pío XII en 1947.
Pasó en Leche la otra mitad de su vida confesando a los fieles y predicando
la Palabra de Dios. Venían de toda Italia. Murió el 2 de julio de 1616. El
pueblo lo llamó santo.
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