Según una antigua tradición, San Paterniano nació en Fano
alrededor de 275.
Mientras arreciaba la persecución de Diocleciano una visión
angélica le aconsejó dejar la ciudad; así lo hizo, yéndose al
desierto, en donde vivió como ermitaño. Más tarde, cuando cesaron las
persecuciones y el Cristianismo se convirtió en la Religión del estado
con el emperador Constantino, los ciudadanos de Fano reclamaron como
obispo al virtuoso eremita que tenía fama de santo
En vano trató él de oponerse, finalmente "casi a viva
fuerza" fue llevado a la ciudad. Gobernó la diócesis durante 42 años
aplacando los ánimos, istruyendo y confortando. Los paganos, atraidos por
su predicación, abandonaron los ídolos y destruyeron los templos
uniéndose al santo obispo. El Señor avaló su celo con muchos prodigios.
Advertido de su inminente fin, emprendió una visita a toda
la diócesis. Murió en la periferia de la ciudad, el 13 de noviembre,
probablemente en el año 360. sobre su sepulcro se multiplicaron los
prodigios y su culto se extendió rápidamente en toda Italia. Sus reliquias
se veneran en Fano, en la Basilica a a él dedicada.
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