Jerónimo siguió primero la carrera militar. Siendo gobernador del castillo de
Castelnuovo, fue tomado prisionero y cargado de cadenas. En su infortunio, invocó a la
Santísima Virgen, y esta bondadosa Madre rompió sus hierros y lo condujo, a través de los enemigos, hasta
Trevisa. Una vez entrado en la ciudad suspendió sus armas ante el altar de su
libertadora. Después de haber sido alcalde de Trevisa, volvió a Venecia, su ciudad natal, donde se consagró muy
especialmente al cuidado de los huérfanos. Etableció para ellos hospicios en Venecia, Bérgamo y en
Brescia. Asoció a su obra
algunos abnegados laicos y echó así las bases de la Orden de los Somascos. Murió el 8 de febrero de 1537, de una
enfermedad que había contraído cuidando enfermos.
MEDITACIÓN SOBRE LAS TENTACIONES
y LOS MEDIOS PARA VENCERLAS
I. Dios permite al demonio que nos tiente, a fin de probar nuestra virtud y aumentar nuestra recompensa; pero nunca permite que seamos
tentados más allá de nuestras fuerzas. Podemos resistir, si lo
queremos; el demonio puede inducirnos al mal, pero no puede constreñimos a cometerlo; conservamos siempre la libertad y las gracias necesarias para resistirle. El demonio puede muy bien ladrar, excitar, pero no puede mordernos,. nos tienta por la persuasi6n y no por la violencia; no fuerza nuestro consentimiento, lo pide. (San
Agustín).
II. Nosotros mismos nos tentamos concediendo toda clase de libertades a nuestros sentidos,
halagando a nuestro cuerpo y dejándolo en la ociosidad y las delicias. Tentamos a los demás, incitándolos al pecado con
nuestras palabras y nuestros ejemplos. Forzamos al demonio a que nos tiente proporcionándole las ocasiones de hacerlo: porque él se sirve de lo que hemos visto, dicho u oído, para llevarnos al pecado. ¿Por qué habremos de oír la que no se puede hacer sin pecado? (Tertuliano).
III. San Pedro nos indica tres medios para resistir
las tentaciones: la sobriedad, la vigilancia y la fe. Sé sobrio. y alejarás casi todas las tentaciones contra la castidad; vigila, tus acciones, y fácilmente descubrirás las asechanzas que el demonio te arma; en fin. sé hombre de la fe y la fe te dará la victoria sobre todos tus enemigos: porque no puede ser
vencido quien cree en el infierno, que es castigo del pe- cado, yen el cielo, que es recompensa de la virtud.
La fortaleza y la generosidad
Orad por los que sufren tentación.
ORACIÓN
Oh Dios Padre de las misericordias, por los
méritos e intercesión del bienaventurado Jerónimo que disteis como sostén y padre a los huérfanos, concedednos la gracia de conservar fielmente el
espíritu de adopción, en virtud del cual nos llamamos, y en efecto lo somos, hijos vuestros. Por J.
C. N. S. Amén.
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