Pablo Chong Ha-Sang nació en
1795. Su padre fue martirizado el 8 de abril de 1801 y su madre el 23 de
noviembre de 1839. Su hermana Elizabeth Chong Chong-Hye fue también martirizada
el mismo año. Su hermano Carlos Chong Chol-Sang fue también martirizado en
1801 junto con su padre.
Después del martirio del padre la familia sufrió mucho. Todas sus
propiedades fueron confiscadas y la familia vivió de un lado para otro en
extrema pobreza. A los 20 años dejó a su madre y su hermana y se fue a Seúl.
Intentó reconstruir la Iglesia Católica que luchaba sin sacerdotes. Decidió
intentar traer misioneros al país para revitalizar la Iglesia.
En 1816 fue a Pekín y pidió al obispo enviar misioneros a Korea.
Allí fue solemnemente confirmado. En su visita a Pekín obtuvo el permiso del
obispo para el envío de un sacerdote a Korea. Pero éste murió antes de
entrar. Más tarde Pablo y otros enviaron una carta al Papa pidiéndole el envío
de misioneros. Al mismo tiempo siguieron insistiendo ante el obispo de Pekín.
Finalmente sus voces fueron escuchadas en Roma. En 1831 fue establecido el
Vicariato Apostólico de Korea y la misión fue encomendada a las Misiones
Extranjeras de París.
El obispo Laurent
Imbert decidió hacerlo sacerdote. Le enseñó Latín y teología. Sin
embargo surgió una nueva persecución y el obispo debió escapar.
Escribió "Una carta al Primer Ministro", primer libro de
apologética en Korea. Incluso los enemigos de la Iglesia quedaron impresionados
de su contenido.
En 1839 fue arrestado. Como era considerado uno de los que habían
introducido misioneros extranjeros en Korea, las torturas que recibió fueron
mucho más severas. Fue finalmente decapitado en Seúl el 22 de septiembre de
1839, a la edad de 45 años.
De modo admirable, Dios nuestro Señor y Creador llamó y condujo a
esta familia por el camino de la fe católica. Son un gran ejemplo para todos
los cristianos. Se entregaron al Amor Divino de Dios y enfrentaron con fortaleza
todas las pruebas que se le presentaron, inclusive la muerte. Dieron su vida por
amor a nuestro Señor y lograron perseverar hasta la muerte en el cumplimiento
de los mandatos de Dios.
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