Los biógrafos del Beato
Lorenzo no consignan el lugar preciso de su nacimiento, pero por su nombre se puede suponer que
fue en Ripafratta, en la región toscana de Italia, cerca de Pisa (Italia). Se desconocen datos
fidedignos de su vida, anteriores a su incorporación a la orden de predicadores
en Pisa siendo diácono.
En 1396, se le designó prior, cargo en el cual destacó
por el impulso que dio a la reforma de la orden. Fue maestro de novicios y de
teología en el convento de Cortona; sobresalió como director espiritual y
brillante predicador. Sin temor a ser contagiado, auxilió a enfermos durante la
plaga que azotó a las ciudades de Pistoia y Fabriano. Por su sapiencia, el
pueblo lo llamaba el Arca de la Ciencia. Dio ejemplo a sus hermanos de
congregación y feligreses con su vida de oración, ayuno, penitencia y devoción.
Sufrió una herida en la pierna, la cual dolorosamente le acompañó el resto de
su vida. Por el ejemplo de su silencioso y paciente sufrimiento —el cual
ofreció a Dios—, se incrementaron la admiración y el cariño de los
religiosos y del pueblo. Amado por su comunidad, falleció en Pistoia, donde aún
se venera su cuerpo. Pío IX confirmó su culto en 1851.
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