Buscad la paz con todos y la santidad,
sin la cual nadie verá a Dios.
(Hebreos 12, 14). San Bernabé fue discípulo
de Jesucristo y compañero de trabajos de San Pablo. Habiendo meditado estas
palabras del Salvador: Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y dáselo
a los pobres, vendió lo que poseía y llevó el dinero obtenido a los Apóstoles.
Predicó el Evangelio en Antioquía con San Pablo. Fue en seguida con el gran Apóstol
a Seleucia, después a Salamina y a Pafos; y, después de haber evangelizado
también a muchos otros pueblos, murió hacia el año 60. MEDITACIÓN
SOBRE LA SANTIDAD A
LA CUAL DEBEMOS TENDER, CADA CUAL
EN SU ESTADO
I. Como en este mundo no hay estado o vocación
en el que no se pueda uno salvar, tampoco hay alguno en el que no sea posible
condenarse, porque siempre tenemos libertad para ofender a Dios. No te fíes,
pues, en la santidad de tu vocación, ni en el lugar en que habitas, ni en la
posición que ocupas. Ni el lugar, ni el traje, ni la profesión son las que
santifican al hombre; son las buenas obras que él hace; ellas solas le seguirán al otro mundo. ¿Cómo cumples las
obligaciones
que te impone el estado de vida en el que Dios te ha colocado? Se merecen
elogios, no por haber ha bitado en Jerusalén, sino por haber vivido bien en
ella. (San Jerónimo).
II. Vive conforme a
tu estado. Una es la virtud del hombre de mundo, otra la del religioso. La vida
del apóstol no es la del solitario. Estudia el espíritu de tu vocación y
trata de conformarte a él. Si estás so metido a una regla, obsérvala; si no,
cumple los mandamientos de Dios, consulta al director de tu conciencia y
sigue sus consejos.
III. Imita a los
santos que han ejercido la misma profesión que tú; toma entre ellos uno por
patrono y modelo, invócalo y trata de imitarlo. No hay profesión que no tenga
santos; compara su vida a la tuya, imita las virtudes de que te dan ejemplo. Ten
siempre el corazón vuelto hacia el cielo al cual atraen, y al cual debes ir tú
mismo, pues allí es donde está Dios, tu tesoro. Que nuestro corazón esté
allí donde nosotros queremos tener nuestro tesoro. (Tertuliano).
La santidad y la perseverancia en nuestra vocación
Orad por la conversión de los infieles
ORACIÓN
Oh Dios, que nos alegráis
por los méritos y la intercesión de vuestro apóstol San Bernabé, dignaos
concedernos las gracias que os imploramos por su intermedio. Por J. C. N.
S. Amén.
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