Era libre respecto de todos
y de todos me hice siervo, para ganar más almas.
(1 Corintios, 9, 19). Juan Fisher, nacido en 1469,
cursó sus
estudios en Cambridge y llegó a ser canciller de esta universidad. En 1502,
fue nombrado capellán de lady Mar garita Beaufort, madre del rey. de
Inglaterra, y en 1504 obispo de Rochester. En todos sus cargos distinguióse
por su piedad y amor al estudio. Bajo Enrique VIII, se opuso a los deseos del
rey que quería obtener la anulaci6n de su matrimonio y la dignidad de jefe
supremo de la Iglesia en Inglaterra. Fue en carcelado en la Torre de Londres y,
después, decapitado en 1535. MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR AL
PRÓJIMO
I. Bien está amar a los demás más que a sí mismo al punto de sacrificar la propia libertad para sacar a un desdichado de
la esclavitud, tal como hizo San Paulino. Imita esta heroica virtud, amando al
prójimo por lo menos como a ti mismo. Sírvele, complácele, habla en su
favor; en una palabra, trátalo como quisieras que te trataran a ti, si
estuvieras en su lugar. ¿Por ventura podría decirse de ti lo que se decía de los primeros cristianos:
Ved cómo se aman,
están dispuestos a morir unos por otros? (Tertuliano).
II. Te inclinas naturalmente a hablar
favorablemente de ti mismo, a encontrar excelentes tus acciones, a disculpar tus
defectos, a interpretar bien lo que te concierne. Haz lo mismo
respecto de tu prójimo; trátalo con indulgencia. No quieres que se tengan ojos
para tus faltas ni lengua para hablar de ellas. ¿Eres ciego y mudo tú cuando
los otros hacen mal?
III. Tu amor por el prójimo debe ser
universal, sin acepción de personas. Todos los hombres llevan la imagen de
Dios, todos han sido redimidos por la sangre de Jesucristo, todos pueden ir al
cielo; así, debes amarlos a todos, sin dejarte guiar jamás por tu humor y tu
capricho. De otro modo, tu amor no es más que amor natural que no tiene derecho
a re compensa alguna en el cielo. San Paulino se hizo esclavo para rescatar a
un hombre que no conocía, pero en quien veía la imagen de Dios. Nuestro
amor, decía él, no considera ni la persona ni la condición de los
hombres, ve sólo las almas.
El amor al prójimo
Orad por el acrecentamiento
de la caridad.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis
nuevo motivo de alegría en la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el
bienaventurado Juan, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que
ha recibido en el cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección.
Por J. C. N. S. Amén
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