Nació en Roma. Fue elegido Papa el el 25 de junio del año 253 y
murió el 5 de marzo del año 254. Al poco tiempo de ser elegido fue exiliado
por orden del Emperador Galo quien murió a los pocos meses en su lucha contra
el general rebelde Emiliano, quien fue asesinado por sus soldados.
Sucedió a Galo el emperador Valeriano que al principio de su
reinado se mostró benévolo con los cristianos. No se sabe con certeza a qué
lugar fue desterrado San Lucio, pero lo que sí se sabe es que por benevolencia
del Emperador Valeriano, pudo Lucio regresar a Roma.
Con motivo de su regreso a Roma, San Cipriano le escribió una
carta diciéndole que no por haber sido preservado por Dios de la muerte, ha
perdido la palma del martirio. San Cipriano añade: "No cesamos de ofrecer
sacrificios y oraciones a Dios Padre y a su Hijo Jesucristo para darle las
gracias y suplicarle que, puesto que da la perfección en todo, perfeccione en tí
la gloriosa corona de tu confesión. Tal vez el destierro no fue sino para
mostrarte que tu gloria debe brillar ante los ojos de todos, pues conveniente
que la víctima, que debe a sus hermanos ejemplo de virtud y de fe, sea
sacrificada delante del pueblo".
En otra carta que escribió San Cipriano al Papa San Esteban,
dice que San Lucio condenó a los herejes novacianos que rehusaban la absolución
y la comunión a los pecadores arrepentidos. Según Eusebio, San Lucio ocupó la
Cátedra de San Pedro por espacio de 8 meses.
En su breve pontificado luchó contra el laxismo de las costumbres
al que muchos eclesiásticos se habían entregado. Se hizo más frecuente la
cohabitación de diaconisas y clérigos, con fines de caridad y
asistencia. Igual de frecuentes eran las debilidades. Lucio prohibió esa
convivencia, y entendió también a los laicos el veto a vivir con mujeres fuera
del matrimonio, de no ser éstas familiares muy próximas.
Prescribió además que el Papa, en sus viajes para las sagradas
funciones, estuviese acompañado de tres diáconos y por lo menos dos
sacerdotes.
Lucio murió de muerte natural y fue enterrado en la cripta de los
Papas del Cementerio de San Calixto . Hoy yace en la Iglesia romana de Santa
Cecilia. Se conservan reliquias suyas en Bolonia. En la Catedral de Roeskilde,
cerca de Copenhague, se veneró durante largo tiempo la cabeza de este Papa, que
era el Patrono de la ciudad.
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