30 de marzo
SAN ZOSIMO,(*)
Obispo de Siracusa
(660)
Los padres de San Zósimo fueron
terratenientes sicilianos que dedicaron a su pequeño hijo al servicio de Santa
Lucía y lo colocaron, cuando tenía siete años, en un monasterio que llevaba
el nombre de la santa, cercano a Siracusa y no lejos de su hogar. Allí su
principal ocupación parece haber sido la de cuidar de las reliquias de la santa. La obligación no iba con la manera
de ser del niño, acostumbrado como estaba a la vida al aire libre de la granja
y, una vez, cuando el abad Fausto le impuso una tarea especialmente
desagradable, huyó a su casa. Fue devuelto con humillación y la enormidad de
su ofensa le abrumaba. Esa noche, en sueños, vio a Santa Lucía levantarse de
su santuario y ponerse de pie junto a él, con un semblante de enojo. Mientras
yacía atemorizado, apareció a un lado la hermosa figura de Nuestra Señora que
in tercedía por él y prometía, en su nombre, que nunca haría de nuevo tales
cosas. Al transcurrir el tiempo, Zósimo se adaptó más a la vida del
claustro; las visitas a su hogar se hicieron cada vez más raras y más breves y
se acostumbró al régimen regular de oración, alabanza y contemplación, de
los demás monjes. Hay una vida en latín, corta y fragmentaria, publicada en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III. Ver también Cayetano, Vitae Sanctorum Sicul., vol. I, pp. 226-231 y notar 181-183. Gams lo describe como un benedictino, pero no es así; Mabillon dice que fue un "basilio". |
* Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964