Varias veces se rehusó a casarse por motivos políticos y dinásticos.A la muerte de su madre, estuvo a punto de hacerse monja. Pero finalmente, cediendo a las presiones de la corte, y de Carlos Alberto, aceptó el matrimonio con Fernando II, que fue  celebrado en el santuario de Voltri, cerca de Génova, el 21/XI/1832.

   Según Nino Cortese, la corte piamontesa con tal estrategia dinástica intentaba evitar el  riesgo de que los Borbones, con otro matrimonio francés, impusieran el modelo costitucional.

   Durante el breve periodo en que fue reina, Maria Cristina, a quien sus contemporáneos describen come una dama fina y dulce y de salud delicada, se dedicó sobre todo a obras de piedad y a las prácticas religiosas. En el convento de Santo Domingo Soriano fundó un hogar para los necesitados.

   Muchas veces obtuvo de su marido la mitigación de una política represiva contra los condenados políticos, y consiguió se les conmutara la pena de muerte.

   Murió el 31/I/1836 al dar a luz su primer hijo, el futuro Francisco II.

   Hay muchas anécdotas relativas a su infelicidad conyugal. Su sepulcro, en la iglesia de Santa Clara, en Nápoles, es objeto de culto por aquellos que la consideran santa.

   En 1853 la Iglesia inició su causa de beatificación.