En la iglesia de San Pedro de Potosí, lugar famoso por sus minas de plata, se venera una imagen de la Candelaria.
Es extraordinario un hecho que se cuenta sobre esta imagen. Se habían hundido unas minas y sepultado a ocho indios que trabajaban en ellas. El
hundimiento fue tan grande, que no había esperanzas siquiera de sacar los cadáveres. Pero un sábado, a los dieciséis días del suceso, se alborotó toda la ciudad: Por las calles corría la noticia de que los ocho indios sepultados en la mina habían salido con vida y, hasta en la iglesia donde se celebraba la misa, las gentes comentaban el suceso. El alboroto creció de punto cuando los indios
aparecieron en la iglesia y se postraron ante la imagen de la Virgen para dar gracias por el favor. Luego relataron que hallándose sepultados bajo tierra, habían comido unos panes y bebido un agua que milagrosamente aparecieron; el cabo
de vela que tenían, no se les había consumido y dos de ellos habían visto en sueños a la
Madrde Dios que les aseguró que se salvarían precisamente en la
fecha en que pudieron salir: el sábado a la hora de la misa. La narración de estos hechos la escribió Martínez Vela en sus "Anales de
la villa imperial de Potosí". El año era el de 1616.
Vargas U., Hist. del culto de María en lberoamérica, p. 703.
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