3 de febrero
SAN LORENZO,

Obispo de Espoleto

   San Lorenzo formaba parte de un grupo de trescientas personas que fueron obligadas a abandonar Siria en 514, cuando Severo, el patriarca hereje de Antioquía, emprendió una persecución contra los católicos. Los prófugos se refugiaron en Italia y el Papa, San Hormisdas, ordenó sacerdotes a algunos de ellos, entre los que figuraba nuestro santo, que muy pronto fue enviado a predicar en Umbría. Allí, gracias a su fervor y su elocuencia, logró muchas conversiones, y combatió con éxito el arrianismo, que se había extendido en Italia. Después se retiró a un monasterio que fundó, cerca de Espoleto.  Cuando la sede episcopal de esa ciudad quedó vacante, el clero eligió a Lorenzo, que aceptó la dignidad, contra toda su voluntad. Los vecinos de Espoleto, sin embargo, se opusieron a tener un obispo extranjero y le cerraron a Lorenzo las puertas de la ciudad. El santo elevó la voz para orar, pidiendo a Dios que indicara su voluntad en el asunto. Inmediatamente las puertas se abrieron por sí solas y el pueblo, viendo en esto un milagro, recibió al obispo con todos los honores debidos. Desde entonces, San Lorenzo, para beneficio de los fieles de su diócesis trabajó enérgicamente, dándoles ejemplo con su devoción y caridad, arreglando contiendas y querellas con su gran sentido de la justicia. Por su fama de conciliador, el Papa lo envió a Bolonia, dividida por bandos en disputa, y el enviado consiguió restablecer la paz. San Lorenzo fue llamado "el Esclarecedor" porque estaba tan lleno de luz divina, que parecía dotado de un don especial que le permitía curar la ceguera, tanto física como espiritual. Después de veinte años obtuvo permiso de renunciar a su cargo, y fundó el monasterio de Farfa, del cual fue abad hasta su muerte.  

   

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