7 de febrero
SAN MOISÉS,
  Obispo

   San Moisés, apóstol de los sarracenos, fue árabe por su nacimiento, y llevó por mucho tiempo, vida de ermitaño, en Rhinoclura, región situada entre Siria y Egipto. El país estaba abatido, principalmente de bandas errantes de sarracenos (adoradores de estrellas), quienes bajo las órdenes de una reina guerrera llamada Mavia, sostenían combates de guerrillas en las fronteras romanas.

   Parece que, una expedición punitiva enviada contra ellos, con cierto cariz de una cruzada religiosa, terminó con un pacto, en el cual Mía aceptó la evangelización de su pueblo, siempre que tuviera al Santo ermitaño Moisés por Obispo. Lucio, Obispo de Alejandría, habría sido la persona encargada de consagrarlo, pero era arriano y Moisés se negó a aceptar órdenes episcopales de él. Más tarde consiguió que lo consagrase y Obispo ortodoxo y desde entonces pasaba sus días yendo de un lugar a otro, pues no tenía sede fija, enseñando, predicando, y convirtiendo una gran parte de su rebaño, a la fe.

   También logró durante todo el resto de su vida, mantener la paz entre los romanos y los sarracenos.

   Se ignora la fecha exacta de la muerte de San Moisés.

     

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