Juan Bautista de la Concepción (1561-1613), Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad
Real, España) el 10 de julio de 1561 y falleció en Córdoba el 14 de febrero de 1613. En Valdepeñas (Ciudad
Real) se establece la primera comunidad de trinitarios descalzos. Con el breve Ad
militantes Ecclesiae (1599) el Papa Clemente VIII da validez eclesial a la Congregación
de los hermanos reformados y descalzos de la Orden de la Santísima Trinidad,
instituida para observar con todo su rigor la Regla de san Juan de Mata.
Hoy
la única rama de trinitarios existente es la fundada por Juan
Bautista de la Concepción, pues los trinitarios calzados desaparecieron
en 1897, con el fallecimiento de su último superior general, padre Antonio Martín
y Bienes.
Juan
Bautista de la Concepción fundó 18 conventos de religiosos y uno de
religiosas de clausura. Vivió y transmitió a sus hijos un intenso espíritu de
caridad, oración, recogimiento, humildad y penitencia, poniendo especial interés
en mantener viva la entrega solidaria a los cautivos y a los pobres. La relación
de los trinitarios con la Trinidad, como centro vital y fuente de la caridad que
redime, es un tema central en sus vivencias y enseñanzas.
Aunque
poco conocido, Juan Bautista de la Concepción está en la constelación de los grandes escritores místicos
españoles del siglo de Oro.
En la obra literaria de Reformador trinitario se encuentra toda clase de materias
espirituales. Su personal vivencia de la unión mística le dicta profundos
tratados sobre la unión con Cristo, los dones del Espíritu Santo, la
experiencia de la cruz y el conocimiento espiritual Su doctrina espiritual
se orienta a la unión personal con Dios Trinidad, presente en lo más profundo
del alma. Para él la perfección está en abandonarse al amor transformante de
Dios. La santificación del creyente es el proceso de asimilación a Cristo
crucificado. Cristo es nuestro ideal, nuestro camino; su cruz, nuestra cruz, es
la fragua de la santidad. Conoce a los santos Padres de la Iglesia y la Biblia
es su referencia obligada y constante. Quien se adentra en los surcos de su obra
literaria fácilmente descubre una simbiosis de Cervantes y Juan de la Cruz. |