20 de febrero
SAN TIRANIO, CENOBIO y OTROS, *
Mártires
(676 d. C.)
Eusebio que fue testigo de estos martirios, los
narra en los siguientes términos: "Varios
cristianos egipcios que se habían establecido en Palestina y otros en Tiro,
dieron pruebas de su paciencia y de su constancia en la fe. Después de haber
sido golpeados innumerables veces, cosa que soportaron con gran paciencia,
fueron arrojados a los leopardos, osos salvajes, jabalíes y toros. Yo
estaba presente cuando esas bestias, sedientas de sangre humana,
hicieron su aparición en la arena; pero, en vez de devorar o destrozar a
los mártires, se mantuvieron a distancia de ellos,
sin tocarles, y se volvieron en cambio contra los
domadores y cuantos se hallaban cerca; sólo respetaron a los
soldados de Cristo, a pesar de que éstos
obedeciendo a las órdenes recibidas, agitaban los brazos para provocar a
las fieras. Algunas veces, éstas se lanzaron
sobre ellos con su habitual ferocidad, pero volvían siempre atrás, como movidas
por una fuerza sobrenatural. El hecho se repitió varias veces, con gran admiración
de los espectadores. Los verdugos reemplazaron dos veces a las fieras,
pero fue en vano. Los mártires permanecían
impasibles. Entre ellos se hallaba un joven
de menos de veinte años, que no se movía de su sitio y conservaba una
serenidad absoluta; con los ojos elevados al cielo y los brazos en cruz, en
tanto que los osos y los leopardos con las fauces abiertas amenazaban con
devorarle de un momento a otro; sólo por un milagro
de Dios se explica que no le tocasen. Otros
mártires se hallaban expuestos a los ataques de un toro furioso, que ya
había herido y golpeado a varios domadores, y
dejándolos medio muertos; pero
el toro no atacó a los mártires; aunque parecía que
iba a lanzarse sobre ellos: sus pezuñas
rascaban furiosamente el suelo y agitaba la cornamenta en todas direcciones,
pero sin llegar a embestir a los mártires, a pesar de que los verdugos lo
incitaban con capas rojas. Después de varios
intentos inútiles con diferentes fieras, los santos fueron finalmente
decapitados y sus cuerpos arrojados al mar. Otros que se negaron a ofrecer
sacrificios a los dioses, murieron apaleados, quemados
y también ejecutados en distintas formas."
Los hechos sucedieron el año 304. La Iglesia
conmemora también en este día a Poco después, durante el reinado de Maximino, San Silvano, obispo de Emesa de Fenicia fue devorado por las fieras en su propia ciudad. Al mismo tiempo Peleo y Nilo, dos sacerdotes egipcios que se hallaban en Palestina, murieron en la hoguera con algunos otros. San Silvano, obispo de Gaza, fue condenado a trabajar en las minas de Penón, cerca de Petra, en Arabia y más tarde fue decapitado ahí, con otros treinta y nueve compañeros. Aunque tanto San Tiranio como San Cenobio fueron martirizados en Tiro en la misma fecha (304), la fiesta del primero se celebra el día de hoy, en tanto que la del segundo se estableció el 29 de octubre. La fiesta de San Silvano de Emesa es el 6 de febrero, y la de San Silvano de Gaza, el 29 de mayo. Eusebio, Hist. Eccles., vol. VIII, cap. 13, es la mejor de las autoridades a este respecto, pero el Acta Sanctorum y el Oriens Christianus de Le Quien, proporcionan otros datos, discusiones y detalles geográficos. |
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