Señor Jesucristo, que os complacéis en hacer brillar vuestro
poder perdonando a los pecadores, y que habéis dicho: "Rogad por los que os
persiguen y calumnian", os imploramos que apliquéis la clemencia de vuestro
Sacratísimo Corazón con las almas creadas a la imagen de Dios que,
miserablemente engañadas por las seducciones de la francmasonería se precipitan
por el camino de la perdición eterna.
No permitáis, os lo pedimos, que
la Iglesia, vuestra santa Esposa, sea oprimida, y, aplacado por la intercesión de
la Santísima Virgen María, vuestra Madre, y por las oraciones de los
justos, gracias a vuestra infinita misericordia dignáos olvidar su perversidad,
y haced, que, vueltos hacia Vos, se arrepientan, hagan penitencia, y obtengan la
gloria eterna. Vos, que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén
Esta plegaria, tiene el imprimatur del Cardenal Richard, arzobispo de París, fechado el 2
de julio de 1896 y de V. Dupin,
vicario general, fechado el 1º de mayo de 1934. El 11 de agosto de 1898, el Papa
León XIII la enriqueció con 100 días de indulgencia |
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