Jan Van Ruysbroeck (o Juan Rusbroquio, como se le
llama generalmente en español) nació en Ruysbroeck, cerca de Bruselas, en
1293. En aquélla época la actual ciudad era un pueblecito. Seguramente que los
padres del futuro beato eran gente humilde, aunque, a decir verdad, no sabemos
nada sobre su padre y, sobre su madre, sólo tenemos noticias de que era muy
buena y amaba tiernamente a su hijo. A los once años, Juan se fue a vivir con
su tío Juan Hickaert, que era canónigo menor de la colegiata de Santa Gúdula,
en Bruselas. El niño fue a la escuela en esa ciudad. Algunos años después, su
madre se fue también a vivir a un beguinato de Bruselas. Poco después de la
muerte de ésta, Juan recibió la ordenación sacerdotal, a los veinticuatro años
de edad. Al cabo de algún tiempo, como efecto de un sermón que había oído en
Santa Gúdula, el canónigo Hinckaert cambió notablemente de vida. En efecto,
re partió entre los pobres todos los bienes superfluos y, en compañía de otro
canó nigo llamado Franco van Coudenberg, que era más joven que él, empezó a
dedicar más y más tiempo a la contemplación en medio de su vida de canónigo.
El Beato Juan se les unió pronto. Entre 1330 y 1335, escribió algunos
panfletos polémicos que no se conservan, pero poco después escribió el
"Libro del Reino de los Amadores de Dios", una obra que, como todas
las otras del beato, fue escrita en flamenco, con la intención de que el pueblo
pudiese leerla. Se trata de una refutación del falso misticismo y de una
exposición del verdadero ca mino de Dios. A ella siguieron "Los Esponsales
Espirituales" y varias otras obras de mística práctica. Algunos
comentadores afirman que Juan era ile trado e ignorante, con lo cual añaden
interés al mérito de sus escritos. Pero en realidad, está probado que era un
filósofo y teólogo muy capaz y que estaba muy al tanto de las obras de los
escolásticos de su época y de los grandes maestros del pasado. Por lo demás,
la hipótesis de que Juan era un iletrado, fue lanzada desde su tiempo. Gerson,
que le acusaba de haber caído en el pan teísmo en "Los Esponsales
Espirituales", respondió a los autores de la hipótesis: "Se ha dicho
que el autor de este libro es iletrado e ignorante para poder con siderar su
obra como inspirada por el Espíritu Santo. Pero en realidad, da más pruebas de
sabiduría humana que de inspiración divina... Su estilo es un tanto estudiado.
Además, para hablar de un tema como ése, no basta la piedad, sino que hace
falta también haber estudiado".
Entre 1340 y 1343, Rusbroquio escribió la primera parte del
"Libro dd Tabernáculo Espiritual", que es una alegoría de la vida mística.
En la prima vera del año siguiente, los tres sacerdotes partieron de Bruselas.
En efecto, se sentían llamados a dedicarse completamente a Dios en la vida
contemplativa y manifestaron su deseo de retirarse a la soledad del campo, ya
que en la ciudad se sentían esclavizados y oprimidos por los otros clérigos,
mucho de los cuales eran mundanos y poco piadosos y entre quienes Juan había
provo cado la hostilidad por el vigor de su lucha contra la herejía. Por aquel
entonces, el canónigo van Coudenberg se hallaba en dificultades con el duque de
Bra bante, Juan III, y éste, para contrariar al canónigo, autorizó a los
monjes de la ermita de San Lamberto, en Groenendael, de ceder un terreno en los
bosques de Soignes a los que aspiraban a la vida solitaria. Ahí se
establecieron los tres amigos y construyeron una capilla más grande. Durante
los seis primeros años fueron muy criticados por el capítulo de Santa Gúdula
y los monjes de los al rededores, y además el duque solía organizar partidas
de cacería en aquellos parajes. Como no estaban asociados a ninguna orden
religiosa, no tenían manera de protegerse. Así pues, en 1349, cuando ya
contaban con cinco discípulos, for maron una comunidad de canónigos regulares
de San Agustín e hicieron los votos ante el obispo de Cambrai. El anciano
Hinckaert murió al año siguiente. Franco van Coudenberg fue elegido superior
del monasterio y Juan Rusbroquio prior. Franco fue, como quien dice, el fundador
de Groenendael en el sentido ma terial y administrativo, en tanto que la
presencia de Juan en el monasterio atraía a los numerosos aspirantes que
ingresaron en la comunidad. Rusbroquio era un religioso ejemplar: dócil,
paciente, obediente y amante del trabajo manual (en el que era más bien torpe).
En una palabra, era mejor súbdito que superior.
Gerardo Naghel, cartujo de Hérinnes, cuenta que Rusbroquio fue a
visitar su monasterio: "¡ Cuánto más podría yo decir sobre ese rostro
poderoso y viril, end ulzado por la alegría; sobre su conversación humilde y
afectuosa; sobre la e spiritualidad que irradiaba de su persona; sobre su
actitud tan religiosa, que manifestaba hasta en su manera de vestir! ...Aunque
queríamos que nos hablase de sí mismo, nunca lo conseguimos, pues siempre nos
hablaba sobre epístolas sagradas... Estaba tan libre de orgullo como si nunca
hubiese esc rito obras tan buenas como las suyas". El Beato Juan solía
pasar horas enteras en el bosque que circundaba al monasterio para escuchar la
voz de Dios en aquel sitio donde las distracciones humanas no se interponían
entre él y su Creador. Acostumbraba tomar notas sobre unas tabletas de cera y,
después, las ord enaba y desarrollaba en su celda. En cierta ocasión, no se
presentó a la hor a de comer y uno de los canónigos salió a buscarle; lo
encontró arrebatado en éxtasis, sentado y rodeado por una luz celestial. El
beato completó ahí el "Tabernáculo Espiritual" y escribió las
otras obras que hicieron de él uno de más grandes contemplativos de la Edad
Media(1).
Se ha dicho que Rusbro quio no dijo nada que no hubiesen dicho ya otros místicos,
y que su origin alidad consiste en su manera de presentar las cosas. Pero, decir
algo en for ma nueva equivale siempre a decir algo nuevo. Por otra parte, como
Rusbroquio vivíó entre la Edad Media y el Renacimiento, combinó los elementos
filo sóficos de la escolástica con los elementos neoplatónicos. Se ha dicho
con raz ón que si Rusbroquio no hubiese aportado un punto de vista personal y
si su doctrina no hubiese tenido nada de original, su extraordinaria influencia
ser ía inexplicable. Cierto que su santidad personal es suficiente para
explicar que las turbas más heterogéneas hayan ido en peregrinación a
Groenendael pa ra verle. Pero Rusbroquio ejerció también gran influencia sobre
otros, que eran "doctores ac clerici non mediocres", el principal de
los cuales fue Gerardo Groote, fundador de los Hermanos de la Vida Común. Por
su intermedio, la doctrina del beato dejó sentir su influencia sobre la escuela
de Windesheim y To más de Kempis. También puede decirse que la forma de vida
monástica de Groendael explica por qué Windesheim no se hizo cartujo o
cisterciense, sino agustino.
En los últimos años de su vida, el Beato Juan no podía ya salir
de la cel da que compartía con Franco van Coudenberg, quien era todavía más
ancia no que él. Una noche, el beato soñó con su madre quien le decía que
Dios iba a llamarle durante el Adviento. Al día siguiente, pidió que le
trasladasen a enfermería, donde, consumido por la fiebre, se preparó con toda
lucidez y devoción para la muerte. Dios le llamó a Sí el 2 de diciembre de
1391, a los ochenta y ocho años de edad. A partir de entonces, el segundo
domingo después de Pentecostés, el capítulo de Santa Gúdula realizó
procesiones a Groenendael en honor de Juan Rusbroquio. Cuando el monasterio fue
suprimido en 1783, las reliquias del beato se trasladaron a Bruselas, pero
desaparecieron durante la Revolución. Los esfuerzos que se habían hecho para
obtener su beatificación, tantas veces interrumpidos, fueron finalmente
coronados por el éxito en 1908, ya que San Pío C confirmóel culto del beato y
concedió la celebración de su fiesta a los canónigos regulares de Letrán y
la diócesis de Malinas. El abad Cutberto Butler opina que probablemente no haya
ningún contemplativo más grande que Rusbroquio "y ciertamente no ha
habido ningún escritor místico de mayor envergadura".
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