Los Santos Mártires Vidal y Agrícola,
en Bolonia. El primero siendo esclavo del segundo, llegó después a ser compañero
suyo en el martirio: atormentáronle los perseguidores con tal crueldad, que en
todo su cuerpo no se encontraba parte sana; lo cual sufrió con la mayor
constancia, y puesto en oración entregó su alma a Dios.
A Agrícola le dieron muerte enclavado en una cruz con muchísimos
clavos. San Ambrosio, que se halló presente a la traslación de estos Santos,
refiere que recogió los clavos, la sangre vencedora y la cruz, y lo colocó
todo debajo del sagrado altar. El citado San Ambrosio nos informa de que Agrícola
era un caballero de Bolonia, y que Vidal, su esclavo, aprendió del él la
religión cristiana, y recibió primero la corona, porque para Cristo no hay
diferencias en la condición de siervo ni de señor. Ambos fueron presos
probablemente el año 304. El castigo de Agrícola fue dilatado por una cruel
compasión por ver si la vista de los tormentos del siervo le hacía mudar de
resolución; pero lejos de ello quedó más animado con el ejemplo.
Entonces toda la compasión del pueblo y de los jueces se convirtió
en furor, y el cuerpo del Mártir enclavado en una cruz fue tan herido y
penetrado de innumerables clavos, que el número de sus heridas excedió en
mucho al de sus miembros. Los Cuerpos de los Mártires fueron colocados en lugar
de la sepultura de los judíos. Huyendo San Ambrosio de las manos del tirano
Eugenio, entró en Bolonia el año 393, y allí descubrió estas reliquias.
Juliana, devota viuda de Florencia, le convidó a dedicar una Iglesia que había
fundado en aquella ciudad, y le pidió este tesoro: el que no tuvo arbitrio de
negarle una parte de ellas, y cuyo valor ponderó mucho él mismo a las tres
hijas de Juliana, mandándolas que le recibiesen con respeto, como presente de
salvación.
|