San Zacarías, sacerdote de la antigua Ley,
y su esposa Santa Isabel, tuvieron el honor de tener por hijo a San Juan
Bautista, precursor del Mesías. Fuera de lo que el Evangelio nos enseña acerca
de la aparición del ángel a Zacarías, sobre el uso de la palabra, perdido en
castigo de su incredulidad y recobrado al nacer San Juan, sobre las maravillas
cumplidas con ocasión de la visita de la Madre de Dios, ninguna particularidad
conocemos de la vida de los dos augustos esposos.
MEDITACIÓN
CÓMO DEBEN USARSE
LAS GRACIAS DE DIOS
I. Dios da a todos los
hombres gracias suficientes para salvarse, si ellos quieren aprovecharlas; pero
los cristianos reciben muchas más que los otros. Agradece a Dios estas gracias,
sobre todo la de tu vocación al cristianismo, que es la fuente de gran número
de otras, Y sabe que serás castigado más severamente que los paganos, si no
sacas provecho de las gracias que Dios te concede tan generosamente. Tanto más
graves son nuestros pecados cuanto mds abundantes
fueron en nosotros las gracias.
(San Cesáreo).
II. Abúsase
de la gracia cuando se resiste a sus inspiraciones, se aplaza el obedecerla, o
se rehúsa escuchar lo que nos dice en el fondo del corazón. Escucha la voz de
Dios que te habla; para oírla, huye del ruido del mundo, calma las tempestades
que las pasiones excitan en tu alma, obedece sin tardanza. Camina mientras
tienes luz y no remitas tu conversión a la hora de la muerte.
III. Recompensa de los que
aprovechan las gracias de Dios es recibir otras mayores, como castigo de los que
de ellas abusan es ser privados de las que les estaban destinadas. ¡Ten
cuidado!, la gracia que desprecias será, acaso, causa de tu reprobación. No
has querido trabajar por tu salvación cuando lo podías; vendrá la muerte y te
quitará la posibilidad de hacer algo por tu alma. Justo castigo del pecado
es no poder ya practicar la virtud después que se ha rehusado hacerlo cuando se
podía. (San Agustín).
El respeto a los eclesiásticos
Orad por los sacerdotes.
ORACIÓN
Haced, oh Señor, que seamos
ayudados por las oraciones de San Zacarías y de Santa Isabel, a fin de que
recibamos por su intercesión la que no podemos obtener por nosotros mismos. Por J. C. N. S. Amén.
|