A la edad de diez años, el joven Lorenzo,
irlandés, debió ser entregado por su padre como rehén, y fue cruelmente maltratado por espacio de dos años.
Pidió, después, entrar al convento de Glendalough, del que llegó a ser abad a los 25 años de edad, para ser elevado a la sede arzobispal de Dublín trece
años después. Gobernó su abadía como su iglesia, en los tiempos más difíciles, Con admirable piedad y gran
sabiduría. Murió en Eu, en Normandía, en el curso de un viaje, el 14 de noviembre de 1180.
MEDITACIÓN
SOBRE LA FELICIDAD DE LOS MALOS
y LAS AFLICCIONES DE LOS JUSTOS
I. Aquí abajo
los malos a menudo nadan en prosperidad y abundancia. Dios previendo que serán
condenados por sus crímenes, les concede esta felicidad temporal para recompensar algunas buenas acciones
que han hecho. ¡Dichosos de este mundo, temblad y llorad! Dios os trata como a un enfermo desahuciado a
quien el médico permite todo lo que desea. Son víctimas que se prepara y que se corona de flores antes de inmolarlas. (Minucio Félix).
II. Los justos, por el contrario, a menudo son afligidos
en este mundo, porque su Padre celestial no quiere que los bienes de la tierra les arrebaten los del cielo.
Alegraos, pues, vosotros que sois pobres y estáis afligidos, porque las aflicciones que os hacen gemir señal son de
predestinación. Os apegaríais a los placeres de la tierra, no pensaríais en las delicias del paraíso, si en este mundo tuvieseis todo lo que
deseáis. Los males que nos abruman aquí nos urgen ir a Dios. (San Gregorio).
III. El teatro cambiará de escena tanto para el justo como para el impío. El impío ha gozado
durante su vida: una tristeza eterna sucederá a este gozo de un momento. Justos, habéis vivido en la
tribulación: consolaos. Dios os colmará de un gozo eterno; necesariamente hay que sufrir en este mundo o en el otro. Las cosas deben cambiar de
faz; ellos gozan y nosotros estamos en la tristeza; lloremos, pues, mientras ellos están
alegres, a fin de estar alegres cuando ellos viertan lágrimas. (Tertuliano) .
La paciencia
Orad por los que están afligidos.
ORACIÓN
Escuchad, Señor, las oraciones que os dirigimos en la
fiesta del bienaventurado Lorenzo, vuestro confesor y pontífice; y por los méritos de aquél que tan dignamente os ha servido, perdonadnos nuestros
pecados. Por J. C. N. S. Amén.
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