5 de octubre
SANTA FLORA,

Virgen

Despójenme en buena hora los hombres de los bienes y de
la honra, prívenme de las fuerzas e instrumentos de serviros
las enfermedades; pierda yo mismo vuestra gracia pecando,
que no por eso perderé la esperanza, antes la conservaré
hasta el postrer suspiro de mi vida, y vanos serán los esfuerzos
de todos los demonios del infierno por arrancármela.
(San Claudio de la Colombiere)

   Santa Flora (1300-1347) Nació en Maurs, Francia. Alrededor del año 1324, la santa ingresó al convento de las monjas "hospitalarias" de la orden de San Juan de Jerusalén. Allí recibían a los enfermos y a los peregrinos. Desde su ingreso Flora tuvo que hacer frente a toda clase de pruebas espirituales. En una época le asaltó el deseo insidioso de volver al mundo. A consecuencia de esto sufrió una depresión nerviosa, y la tristeza que se revelaba en su rostro enfadaba a sus compañeras, las cuales insistían en tratarla como demente. Sin embargo, bajo la ayuda de un confesor que sí creyó en ella, la santa hizo grandes progresos en la vida espiritual, y Dios le concedió al fin las más extraordinarias gracias místicas. Tal vez, la más curiosa de estas experiencias fue la sensación que tenía la santa de que llevaba dentro de su cuerpo una cruz de madera de la que prendía el cuerpo del Salvador. Los brazos de la cruz le perforaban las axilas y le producían hemorragias. Unas veces eran bucales y otras, la sangre manaba de una herida que tenía en el costado. Sus éxtasis duraban a veces desde la misa de la mañana hasta las vísperas del mediodía. 

   Murió en 1347, a los 38 años de edad. En su tumba se dieron numerosos milagros
Durante toda su vida, Flora fue colmada de gracias y de sufrimientos, en igual medida. 

   Es la patrona de las Violetas, Margaritas, Dalias, Hortensias, y en general de todas las que llevan nombre de flor. 

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