Se ha confundido a nuestro santo con San
Salvio de Albi y con San Salvio de Amiens (y a éstos con otro San Salvio).
Sin embargo, el Salvio al que nos referimos aquí, fue, según parece, un
ermitaño del bosque de Bray de Normandía. En realidad no sabemos nada
sobre él. pero Alban Butler presenta el resumen de un manuscrito que se
conservaba en su tiempo en el castillo de Saint-Saire (Eure-et-Loire), que
pertenecía a los condes de Boulainvilliers. He aquí su resumen:
"Los documentos del
metropolitano de Rouen demuestran que, hacia el año 800 y casi
durante un siglo después, había en el bosque de Bray un sitio
destinado a honrar y conservar la memoria de San Salvio... Quedan
ciertas pruebas de que San Salvio fue un ermitaño, en un
manuscrito de hace unos cinco o seis siglos, en el que se conserva
el oficio de su fiesta. También existe una imagen del santo en un
vitral de una antigua capilla subterránea: está vestido de
ermitaño, de rodillas y orando con las manos extendidas. Los
milagros y curaciones extraordinarios que Dios obró en el sitio
en que se hallaba la ermita del santo, ayudaron a propagar su fama
y movieron al pueblo a construir ahí una iglesia o capilla... Los
canónigos de Rouen pagaron los gastos que se hicieron para
barbechar las tierras más accesibles de los alrededores, de
suerte que pudiesen sostenerse los sacerdotes encargados del
oficio divino en la capilla. Tal fue el origen de la parroquia de
San Salvio, así como de la fundación del señorío que posee
allí el capítulo de Rouen.
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