Valerio, que se casó con Cecilia, fue por ésta convertido y
consintió desde el primer
día de casamiento en vivir en continencia perfecta. Él, a su vez,
convirtió a su hermano Tiburcio, con quien después de haber distribuido
sus bienes a los pobres, se dedicó
a sepultar los cuerpos de los cristianos muertos por la fe. Conducidos ante
Almaquio, prefecto de Roma, perseveraron en su fe y fueron decapitados. Máximo,
que
los conducía al suplicio, de tal modo fue movido por sus palabras y
entereza que renunció a las supersticiones del
paganismo y obtuvo con ellos la corona del martirio.
MEDITACIÓN
SOBRE
LAS AMISTADES SANTAS
I. Ten
caridad para con todos, pero no te vincules sino con pocos. Que tus amigos
sean los amigos de Dios; si tales son, progresarás en la virtud en su compañía.
Fieles son los amigos que temen a Dios; no sucede lo mismo con los que no le
temen. En efecto, ¿cómo tendrían para contigo una fidelidad que no tienen para con Dios? ¿Te estarían más
obligados que no lo están a Dios? ¿O esperarían
de ti mayores recompensas? ¿Mayores castigos temerían, acaso, de tu parte?
II. El fin de tus
amistades debe ser transcurrir suave y santamente tu vida, aprovechar el buen ejemplo y los saludables
consejos de tus amigos, y contribuir también, de tu parte, a su santificación. Si el comer bien, el interés o los placeres, son los motivos que te
mueven para el cultivo de la amistad, no será ésta duradera. ¿Cómo trabajas
para santificar a tus amigos? ¿Te haces más santo frecuentándolos? ¿No
imitas más bien sus vicios
que sus virtudes?
III. Resultado de estas
amistades verdaderas debe ser que alivies a tus amigos en todas sus necesidades tanto espirituales cuanto temporales; debes sacrificar tus
comodidades, tus bienes, tu vida misma, para sacarlos de la miseria y, con mayor razón, del pecado o de la ocasión de ofender a Dios. En fin, no te olvides
nunca que Jesucristo debe siempre ocupar el primer lugar en todas tus amistades,
que siempre sea su nudo y su lazo. Elige para amigo, antes que a todo otro, a
Aquél que permanecerá siéndote fiel en el día de tu muerte, cuando
todo lo demás te haya sido arrebatado. (San Ber
nardo).
El buen ejemplo
Orad por
vuestros
amigos.
ORACIÓN
Haced, oh Dios
omnipotente, os lo rogamos, que celebrando la solemnidad de vuestros
santos mártires Tiburcio, Valerio y Máximo, aprendamos a imitar sus virtudes.
Por J. C. N. S.
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