Santa Catalina de Siena tomó el hábito de
Santo Domingo a la edad de 18 años. Sus austeridades, ya extraordinarias cuando
vivía en la casa paterna, fue ron desde entonces ilimitadas. Acaecióle, una
vez, ayunar desde el Miércoles de Cenizas hasta la fiesta de la Ascensión, sin
tomar alimento alguno fuera del espiritual de la Santa Eucaristía. Para
recompensarla, Jesucristo imprimió en su cuerpo virginal los sagrados estigmas
de su Pasión, le comunicó una inteligencia maravillosa de las Sagradas
Escrituras, y se sirvió de ella para volver de Aviñón a Roma al Papa Gregorio
XI, con lo que puso término a los males que desolaban a la Iglesia. Murió en
1380.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE
SANTA CATALINA
l. El corazón de Santa Catalina ardía del
fuego del amor de Jesucristo. Abrasaban las llamas de este amor en su celo por
la salvación de las almas, en su compasión por los pecadores, los pobres y los
enfermos y tu corazón ¿a quién pertenece? ¿A las riquezas y a los placeres? Entonces es insensible al
lamento de
los pobres y a las inspiraciones del amor divino. ¡Señor! haced que os
ame a Vos solo, y si amo
algo más que lo haga por Vos. Dadme un corazón
que Os ame. (San Agustín).
II. Presentóle el Señor dos coronas, una de
oro y otra de espinas, y la Santa eligió la de espinas, diciéndole que quería
reproducir en ella la Pasión de su divino Maestro y gozarse en las penas y
sufrimientos. Tú, en cambio, quieres en esta vida rosas y placeres; pronto
se marchitarán las rosas y te quedarán espinas para toda la eternidad; porque
es difícil gozar los bienes de este mundo y los del cielo. (San Jerónimo).
III. El pensamiento continuo de la presencia
de Dios la hizo salir victoriosa de todas sus tentaciones. Recogíase
interiormente pensando en la Pasión de Jesucristo, en los castigos de los
condenados y en su propia nada; estas consideraciones tornábanla insensible a
las persecuciones de los hombres y hacíanla invencible a los asaltos del
demonio. Piensa en Dios y en las verdades eternas, y nada temas ni desees en
este mundo. Ahora no piensas sino en la tierra, por que tu tesoro y todas tus
esperanzas están en la tierra y no en el cielo. Tu corazón y tu espíritu
estarían en el cielo si allí estuviese tu tesoro. (San Euquerio).
Meditar sobre la Pasión
Orad por
vuestro obispo.
ORACIÓN
Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y haced que la fiesta de la
bienaventurada Catalina, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija
nuestra alma, la enriquezca con sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S.
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