Volver al Observatorio de
Conflictos
LAS GUERRAS DEL OPIO
Por Carlos Seguí
Observatorio de Conflictos, Argentina
ANTECEDENTES:
Durante el siglo XVI, mercaderes europeos
merodeaban las costas de China en actividades piratescas. En 1557, los
portugueses se apoderaron de las islas Macao, al sur de Cantón o Guangzhou. En
1515 llegaron los españoles y, ya en el siglo XVII, los holandeses (l601) y los
ingleses (1637); todos durante la dinastía Ming. (Hu-Sheng. obra citada). Esta
dinastía fue derrocada en 1644 por una rebelión de campesinos y letrados. Su
intento de un Estado igualitario y utópico duró muy poco, pues fue eliminado
por los manchúes. (Chesneaux, obra citada). En efecto, una invasión desde el norte
instaló a la dinastía Qing o manchú, que fue la última monarquía china. En
1660, los franceses enviaron a China su primer navío mercante.
COMERCIO ENTRE EUROPA Y ORIENTE
Gracias a su dominio de los mares, los
portugueses habían monopolizado el comercio con Oriente en el siglo XVI (Según
la Historia de la revoluciones, comerciaban con Japón desde aproximadamente
1540). En el estado mogol de la India se cultivaba opio desde mediados dc este
siglo; árabes y portugueses lo vendían a China donde, inicialmente, se
utilizaba como medicamento para la disentería y las diarreas en general. A su
vez, los españoles llevaron el tabaco desde América a las Filipinas, y de allí
pasó a China hacia el 1620. (Connelly).
Los holandeses se apoderaron de Formosa en
1629 (Jia-fong Wang) e introdujeron la práctica de mezclar el opio con el
tabaco (para fumarlo) Cuando el emperador de China se apoderó de Formosa en
1683, cl hábito de fumar opio se propagó al continente. (Connelly). Además, en
el siglo XVII los holandeses desplazaron a los portugueses a el monopolio del
comercio oriental.. A su vez, en el siglo XVIII fueron desplazados por los
ingleses, a través de la Compañía de las Indias Orientales (C.I.O). La Compañía
obtuvo el monopolio del comercio con Oriente en 1773 y el de la manufactura del
opio en la India en 1797.
Los comerciantes europeos compraban a los
chinos, principalmente, porcelanas, sedas y té; y les vendían pequeñas
cantidades de lana, algodón, cobre, estaño y plomo, y cantidades
"moderadas" de opio.
LIMITACIONES AL OPIO Y AL COMERCIO
INTERNACIONAL
El vicio de fumar "el hada
negra" (como la denomina Jean Larteguy en sus novelas)preocupaba a los
gobernantes Qing. En 1729, el emperador proclamó el primer edicto contra el
opio: los vendedores serían castigados con la muerte y sus asistentes con
latigazos y deportación. (Connelly). Sin embargo, el edicto era burlado por el
contrabando y por la entrada legal de opio "para uso medicinal".
Consciente de su propia debilidad, el
gobierno manchú estableció una política de aislamiento: la sede de la Corte en
Beijín (Pekín) se convirtió en la Ciudad Prohibida y desde 1757 el comercio
internacional quedó limitado al puerto de Guangzhou (Cantón) y con serias
restricciones.
En 1784, los recién constituidos Estados
Unidos de América enviaron navíos para comerciar, y pronto superaron a Francia.
Rusia, que hasta entonces sólo comerciaba con China a través de sus fronteras
comunes, en 1805 reclamó, sin éxito, el acceso portuario y los mismos
privilegios que las demás Potencias. Más allá de las continuas disputas entre
sí, todos estos países extranjeros deseaban obligar a China a abrir nuevos
puertos y acceder al inmenso interior.
Un embajador del rey George III de
Inglaterra (en 1793) había solicitado establecer relaciones diplomáticas
formales e incrementar el comercio. El emperador Quiang Long le respondió con
urna carla, a la que se añade una parte resolutiva o mandato, reservada al Rey.
Podemos resumir la respuesta de esta manera:
-“Usted pide una pequeña isla para que
residan los comerciantes y puedan almacenar bienes, poder comerciar hasta el
norte, etc. Estos nuevos requerimientos son un mal ejemplo para los otros
países, que podrían hacer pedidos similares: Portugal e Italia ya los han
hecho. ¡No puedo dar una porción de territorio chino a cada uno!”
-“En cuanto a religión, China tiene un
sistema moral y un código legal”. (Seguramente en respuesta a un pedido de
autorizar a misioneros cristianos)
-“En China poseemos de todo. Europa
necesita nuestro té, sedas y porcelanas. Por tato, el comercio es un beneficio
que les concedernos, pues el Principio del Trono es tratar a los extranjeros
con indulgencia y controlar pacíficamente a las tribus bárbaras exteriores.”
-“No olvido la remota soledad de su isla
ni su excusable ignorancia de nuestras costumbres. En la Corte Celeste hay
empleados europeos, pero deben vestir como chinos y no pueden escribir a sus
países. Permitir el libre movimiento de los mercadees bárbaros causaría roces
con los chinos.”
-“Acepto sus tributos y le envío sedas y
curiosidades.”
Esta postura de superioridad habrá
irritado sin dudas a la monarquía inglesa. De todos modos es una respuesta
basada en argumentos lógicos y propia de un soberano que se consideraba el
centro del mundo.
A fines del siglo XVIII, fumar opio en
China se fue haciendo cada vez más común, aunque en forma localizada y
controlada.
GUERRAS Y REBELIONES EN EL SIGLO XIX
En 1813, el Emperador comprobó que eunucos
y funcionados de su corte y también muchos militares eran adictos al opio, y
dictó regias para castigarlos: destitución, azotes y cepo. En 1816, otro
intento británico de establecer relaciones diplomáticas terminó tan mal que se
prohibió la entrada de todo extranjero a Beijín. En la década de 1830 el hábito
del "Humo" (como diría Lartegy) se extendía rápidamente. Los
británicos inundaron el mercado con droga barata. ¡En 1832, el ejército
imperial no estaba en condiciones de combatir!
En 1833 el gobierno británico abolió cl
monopolio de la CIO (se efectivizó en abril del '34). Las otras Compañías, como
Dent y Jardine, comenzaron entonces a presionar sobre los delegados británicos
y lograron avanzar por la costa hacia el norte. La Corte de Beijín consultó a
funcionarios chinos: algunos sugirieron prohibir la importación y el consumo,
por el daño sobre la salud del pueblo; umo de ellos, Lin Zexu, incluía un plan
para recuperar a los adictos; otro, que encabezaba el movimiento
pro-legalización del narcotráfico, fue destituido después. Al daño sobre la
salud se agregaba el daño a la economía: el país perdía grandes cantidades de
plata. El Emperador decidió suprimir el ingreso de opio: envió a Guangzhou,
como comisionado imperial, a Lini Zexu y dictó la pena de muerte para los
traficantes.
Lin, según Connelly, amenazó a los
comerciantes extranjeros con prohibirles toda actividad si no entregaban el
opio que poseían; ni obtuvo más de 20000 cajones de los británicos (y también
de los yankis según Hu Sheg), que fueron destruidos. Además, Lin Zexu envió una
carta a la reina Victoria pidiéndole que prohibiese el cultivo y comercio dcl
opio en sus dominios. Según Connelly, es probable que la Reina no la haya
recibido. Analizaremos este documento:
- Lin le informa sobre la pena de muerte
establecida y la recepción y destrucción de los cajones de opio.
- No obstante, se sigue contrabandeando
opio para difundir “el veneno a todas las provincias”.
-“Ustedes mismos prohíben el contrabando
en sus dominios, prohíben fumar opio en Inglaterra y no siembran opio en
Londres, Escocia ni Irlanda. En cambio, en seis zonas de la India lo siembran,
de colina a colina. Usted debe erradicar esas plantaciones y hacer que se
siembren cereales.”
-“Hace doscientos años que ustedes gozan
de la gracia de comerciar con nosotos. Obtienen productos benéficos, como té, sedas,
porcelana y ruibarbo. Y no solo para cubrir sus necesidades, sino que lo
revenden a otros países, triplicando ganancias.”
-“A cambio nos venden artículos que nos
resultan prescindibles y, de contrabando, la droga venenosa. ¿Cómo pueden
vendernos esto si no es por un deseo insaciable?
-Nuestro Emperador está furioso. Él “cuida
de todos los países del mundo por igual.” Esperamos su respuesta con las
medidas concretas que dicte.
Comparándola con la carta anterior, ésta
mantiene la actitud de superioridad y el sinocentrismo, pero evita términos
peyorativos como smuisión, barbarie, etc. Acepta implícitamente que sin la
acción del gobierno británico sería imposible evitar "la trampa
mortal" del opio, pero desconoce la realidad de que Gran Bretaña estaba decidida
a mantener y acrecentar ese comercio y tenía un gran poder bélico para
lograrlo.
LA PRIMERA GUERRA DEL OPIO Y EL TRATADO DE
NANJÍN
En Inglaterra se dijo que Lin Zexu había
mantenido cautivos y sin alimentos a los súbditos británicos hasta que entregaron
la droga. Debían mostrar su fuerza para que los chinos abandonaran su actitud
de superioridad y entablaran relaciones comerciales igualitarias. En febrero de
1840, el gobierno británico envió barcos de guerra y tropas con armas modernas
que desembarcaron en Guangzhou y, según Hu Sheng, "realizaron las masacres
y pillajes ya habituales en las guerras coloniales"; así nació la
xenofobia popular hacia los “diablos extranjeros” (hasta entonces sólo había
xenofobia en la Corte). Hu Sheg destaca, de aquí en adelante, la progresiva
ruptura entre el pueblo chino y sus autoridades:
-A los autócratas manchúes sólo les
preocupaba que la invasión los desplazara: mientras a algunas provincias se
luchaba, en otras ofrecían dinero al enemigo y suplicaban la paz.
-En Guangzhou el pueblo apoyó a Lin Zexu,
quien ofreció una gran resistencia (Connely se limita a informarnos que Lin
fracasó y fue reemplazado).
-Autoridades manchúes llegaron a reprimir
movimientos populares antibritánicos. Se convirtieron en una especie de
mediadores entre el pueblo y los invasores.
Cuando las fuerzas británicas llegaron
cerca de Beijing, el gobierno manchú firmó una paz humillante: el Tratado de
Nanjing (Nankín) de 1942, que obligaba a China a:
-Pagar a Gran Bretaña una indemnización de
guerra, parte de ella para recompensar el opio destruido por Lin en 1839.
- Entregar a Gran Bretaña la isla de Hong
Kong, al norte de Guangzhou.
- Concederle el rango de "nación más
favorecida" y abrirle totalmente los puertos de Guangzhou, Shanghai (en la
desembocadura del Yangtse) y tres puertos más.
Hong Kong se convirtió en un gran depósito
de droga, y Shanghai en el centro del narcotráfico, con "la vista
gorda" de las autoridades británicas que sólo se ocupaban del comercio
legal. En 1843 el gobernador de Shanghai entregó una zona de la ciudad a
"concesiones extranjeras"; éstas llegaron a doce y gozaban de
extraterritorialidad, es decir que no respondían a las leyes chinas. Estados
Unidos logró para si la apertura de los cinco puertos en l844, y Francia la
autorización para propagar el cristianismo. El gobernador de Guangzhou se
convirtió a el encargado de las relaciones exteriores chinas; las Potencias
insistían en el libre acceso a la ciudad y negociar directamente en Beijín.
En el sur, la apertura de los puertos
causó una gran desocupación que no podía ser absorbida por la agricultura, ya
que no quedaban tierras por roturar. En enfrentamiento directo entre el pueblo
y sus autoridades estalló en 1851: siguiendo una tradición bimilenaria, fue una
insurrección campesina. Anteriores revueltas campesinas habían derrocado
dinastías corruptas, restableciendo así el orden. Sociedades secretas muy
antiguas solían refugiar a campesinos perseguidos y apoyar las rebeliones.
EL ALZAMIENTO TAIPING (1851-8366)
El campesino chino debía hacer frente, a
la vez, al medio natural, al gran potentado o ti-tzu y al Estado. (Chesneaux)
Los campesinos de la provincia de Kuangsi, ccercana a Guangzhou, se organizaron
bajo un líder que se decía hermano de Jesucristoo y proponía instalar el Reino
Celestial Taiping justo e igualitario, en reemplazo del autocrático yugo manchú
(Taiping: gran paz). Formaron un ejército que marchó hacia el norte, haciendo
picadillo a las tropas manchúes. En 1853 establecieron su capital en Nanjíng y
tenían influencia sobre seis provincias. Tuvieron el apoyo de una sociedad
secreta, que ocupó Shanghai. Esta fue bombardeada por naves francesas, así el
gobierno chino recuperó la ciudad, y cedió el cobro de derechos aduaneros a una
comisión de extranjeros.
Inicialmente, la rebelión recibió la
simpatía de algunos misioneros y comerciantes extranjeros que creyeron que su
factible triunfo modernizarla al país y permitiría libremente las actividades
religiosas y comerciales. Las Potencias se declararon neutrales, pero
aprovecharon para presionar al gobierno manchú a ampliar ("revisar")
los Tratados:
- Apertura
de todo el interior de China o, al menos, de otros puertos.
- Residencia
de embajadores en Beijín o, al menos, contactos fluidos con los gobernadores.
En 1854, según Hu Sheng, Estados Unidos
ofreció ayuda al gobierno manchú a cambio de estos requerimientos; y los
demandó junto a Francia y Gran Bretaña. De 1854 a 1856 Francia y Gran Bretaña
estaban ocupadas en la Guerra de Crimea. Pero, en octubre de 1856, utilizando
como pretexto un incidente menor (del barco chino Lorcha Arrow) desencadenaron
una nueva guerra. Tenían el apoyo de Estados Unidos y de Rusia, aunque estos
países no enviaron tropas.
LA SEGUNDA GUERRA DEL OPIO: Legalización
de la droga y alianza contra el pueblo.
En 1858 las fuerzas anglo-francesas
llegaron a Tianjín (Tientsin), muy cerca de Beijing, mientas Rusia ocupaba los
territorios chinos al norte del río Amur. Tras la derrota, China firmó los
Tratados de Tianjín. con la Rusia zarista, Estados Unidos, Francia y Gran
Bretaña, aceptando sus demandas: se abrió el interior y once puntos más. El
mismo año se legalizó el comercio del opio, aunque los extranjeros sólo podrían
venderlo en los puertos.
Dado que la residencia de embajadores en
la capital mostraría al pueblo el sometimiento del gobierno manchú, éste
intentó alterar su cumplimiento. Como resultado. la flota anglo-francesa
reanudó las hostilidades en 1859 y esta vez capturó Beijing.
La Convención de Beijing de 1860 ratificó
los Tratados de Tianjin y a la vez comprometió a Estados Unidos, Francia y Gran
Bretaña a apoyar al gobierno manchú en contra de los Taiping. Citando a un
autor chino y dos norteamericanos, Hu Seng resalta este giro de 180 grados: los
antiguos enemigos se aliaron para combatir al pueblo chino. Un memorial chino
de 1861 alude a dos enemigos más peligrosos que Rusia y Gran Bretaña los
Taiping o Fa, en el sur, y el alzamiento campesino Nien en el norte.
En 1861 Gran Bretaña y Estados Unidos
lograron dos puertos abiertos más: Hankeu y Kiukiang, cerca de la desembocadura
del Yangtse. Ahora les interesaba mucho más ayudar al gobierno oficial a
expulsar a los Taiping del curso inferior de dicho río. Como Estados Unidos no
quería intervenir directamente, fue el mercenario norteamericano F. Ward quien
lo hizo, reclutando incluso marineros ingleses y filipinos Tras algún éxito, el
gobierno manchú le encargó alistar chinos, que tuvieron instructores
norteamericanos y británicos. En Estados Unidos había comenzado la Guerra Civil
(1861-65); aunque debieron retirar su flota, el destacamento de Ward permaneció
y en mazo de 1862 el gobierno manchú lo proclamó “Siempre Victorioso Ejércotp”
Ward murió a un enfrentamiento en septiembre, pero fue reemplazado por otro
norteamericano y éste por el oficial británico Gordon, que apoyó a los manchúes
en la recuperación de varias ciudades. Un contingente franco-chino, los
Rifleros Franceses colaboró con los manchúes al sur de Shanghai.
Sitiada desde dos años antes, Nanjin cayó
finalmente en julio de 1864. "El fracaso de la rebelión Taiping se debió
principalmente a su propia debilidad". De todos modos, es indudable que
los británicos y franceses posibilitaron la supervivencia de una dinastía
manchú moribunda. La conclusión de Hu Sheng es que a las Potencias no les
convenía derrocar a la dinastía manchú sino mantener a este gobierno “corrupto
y depravado” como intermediario
(lacayo) para convertir a China en una colonia. Es lo que después se denominó
neocolonialismo.
En la década de 1950, con métodos
draconianos, los comunistas acabaron finalmente con el vicio que había
perdurado tanto tiempo y que había causado tanto daño a la sociedad china
BIBLIOGRAFÍA:
CHESNEAUX Jean, Movimientos campesinos
en China (1849-1949., Siglo XX1, Madrid
1978.
CONNELLY, Marisela, Comercio y consumo
de opio en China. en Estudios de Asia y África, volumen V, Número 3,
septiembre-diciembre 1990.
HU SHENG, Historia de las relaciones
entre China y las potencias imperialistas (1840-1925). Ediciones Pueblos
Unidos, Montevideo, 1963.
WANG JIA-FONG, Una época olvidada.
en revista Sinorama, volumen 14, número 12, Taiwán, 1989.
Carta del Emperador Quiang Long al Rey
Jorge III de Inglaterra,
Traducción: Luis César Bou, en http://www.oocities.org/ar/obserflictos/quianlong.html
Carta de Lin Zexu a la Reina Victoria.
1839. Traducción:
Luis César Bou, en http://www.oocities.org/ar/obserflictos/linzexu.html
HISTORIA DE LAS REVOLUCIONES: publicación en
fascículos de Cuántica SA Ediciones, Buenos Aires 1973.
DICCIONARIO TERMINOLÓGICO DE CIENCIAS
MÉDICAS, Salvat Editores, Barcelona, 1968.