PERÍBLEPTOS
En el extremo sudeste de la colina, en la parte más alejada de la ciudad, se halla el pequeño monasterio de la Vírgen Períbleptos ("la que se ve desde todas partes"). Construido en parte sobre la pedregosa ladera, no ha conservado memoria alguna de sus fundadores. |
Monograma que aparece en el arco de entrada a la iglesia Períbleptos, con leones rampantes y flores de lis. |
No obstante, uno de sus capiteles, que hoy se conserva en el museo, presenta el monograma de Manuel Cantacuzeno, primer déspota de Mistra, y las flores de lis, de indiscutible origen franco, la decoran abundantemente, tanto en el interior como en el exterior. |
Por otra parte, en el umbral de la puerta de entrada al recinto, se encuentra encastrada una lápida que tiene el marco rodeado de flores de lis y grabado en su centro el monograma de la Períbleptos inscrito en un círculo y protegido por dos leones rampantes. Debido a que éste era el emblema heráldico de la casa Lusignan, se ha querido identificar la anónima pareja oferente cuyo retrato se ha conservado en el interior de la iglesia con Manuel Cantacuzeno y su esposa Isabel de Lusignan, por lo que la iglesia dataría de la segunda mitad del siglo XIV. Fresco funerario de la peribleptos. Se cree que esta pareja de fundadores representa a Manuel I Cantacruzeno e Isabel de Lusignan |
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Varias capillas se han levantado posteriormente a su alrededor. La de Santa
Catalina, construida dentro de una cavidad de la roca en el lado occidental de
la iglesia, parece cubrir un espacio de culto paleocristiano. |
Vista de la fachada correspondiente al ábside, con el detalle sobre la ventana central del aplique en forma de flor de lis entre dos rosetones. A la derecha puede verse la puerta de entrada a la iglesia. Enfrente, dos pequeñas capillas funerarias. |
Este recurso contribuye además a que la luz que penetra por las
ventanas de la iglesia gane en sorpresa e intensidad por el contraste. Los ciclos iconográficos que cubren su interior no presentan la cuidada organización que hemos visto en otras iglesias. |
Se hallan, por así decirlo, "desordenados", pues las secuencias de imágenes que conforman un mismo ciclo van subiendo y bajando por la pared, cuando deberían mantenerse a la misma altura. No obstante, los tímpanos de los brazos de la cruz han sido reservados para los motivos tradicionalmente importantes. Pantócrator de la cúpula de la Períbleptos, rodeado de profetas y ángeles. |
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En el tímpano sur se
representa la Crucifixión, en el oeste la Bajada a los Infiernos, y sobre el
tímpano de la entrada está la Dormición de la Virgen. En la cúpula aparece
el Pantócrator inscrito en un círculo sustentado por ocho columnas pintadas.
En seis de los vanos que crean esas columnas, aparecen parejas de profetas, y en
los dos restantes, la Preparación del Trono sobre la cabeza de Cristo y la
Vírgen entre dos arcángeles debajo de él. En una suerte de horror vacui, los
espacios en blanco se rellenan con querubines bizantinos o hexaptérugos,
ángeles de seis alas. |
El artista que creó la Entrada en Jerusalén muestra el gusto por las superficies suaves, por la serenidad en los movimientos y por los grupos grandes. A pesar de que sabe crear contrastes entre azules, rojos y blancos, su maestría radica más en la composición general de la escena. También se le atribuyen escenas de la vida de la Virgen y la Dormición. |
Períbleptos. Entrada de Jesús en Jerusalén en el brazo oeste de la cruz. |
A otra mano distinta pertenece la representación de la Sagrada Liturgia, considerada como una de las obras cumbre del arte bizantino tardío. Presenta características similares al anterior, pero aquí su estilo radica en la utilización de los colores. Períbleptos. Angeles en un detalle de la Sagrada Liturgia. |
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Sus personajes también son serenos y elevados, pero con más vida, gracias al color ocre de los rostros y las breves pinceladas blancas que les añaden luminosidad. Los colores le gustan más puros e intensos, y las figuras están más definidas en su entorno. |
A un tercer pintor se atribuyen escenas como el Nacimiento y el Bautismo de Cristo, donde las figuras siguen la línea del anterior, rostros ocres y melancólicos con tonalidades blancas que los iluminan, pero aquí el escenario de suelos rocosos cobra un papel principal determinando la composición general de la escena.
Períbleptos. Nacimiento de Jesús. |
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Períbleptos. Bautismo de Jesús. Atribuido al mismo pintor que realizó el Nacimiento. |