Estéfana Quinzani nació en 1457, cerca de Brescia, en
el seno de una familia de la clase media. Se cuentan
algunas cosas extrañas de su infancia, y se dice que
consagró a Dios su virginidad desde muy niña. Sin
embargo, su vocación no se definió del todo, sino
hasta que sus padres se trasladaron a Soncino, donde
tuvo ocasión de conocer la orden de Santo Domingo. En
dicha población tuvo una visión en la que se le
apareció San Andrés Apóstol llevando la cruz. A raíz
de esa visión tomó el hábito de la tercera orden de
Santo Domingo y se consagró al cuidado de
los
enfermos y al socorro de los pobres, hasta el momento en
que ella misma funndó un convento en Soncino. El
documento más interesante que poseemos sobre nuestra
beata es un relato contemporáneo, escrito en 1497 y
firmado por veintún testigos. En él se describe uno de
los éxtasis en los que ella vivía físicamente toda la
Pasión, sin excluir la flagelación, la coronación de
espinas y la crucifixión. Parece que en el curso de
tales éxtasis, los estigmas de la Pasión aparecían
sobre sus manos y sus pies. Su cuerpo se ponía tan rígido
que los testigos eran incapaces de hacerla cambiar de
posición, o simplemente de flexionar sus miembros. Se
cuenta que realizó muchas curaciones milagrosas y que
multiplicó, en algunas ocasiones, la comida y el
dinero.
La Legenda Volgare, en
la que se basan en último término todos los
relatos de la vida de la beata, constituye, según
la expresión de su editor, Mons. Guerrini, "una
novela mística en plenitud, escrita más para la
edificación ascética que para la historia, y está
llena de elevaciones y malabarismos místicos, dirigidos
a los lectores del sexo femenino". Los fragmentos
de las cartas de la beata, que son otra fuente de
información, no han sido todavía explorados y
estudiados detenidamente. La beata tuvo una extensa
correspondencia con muchos habitantes del norte de
Italia. Su muerte aconteció el 2 de enero de 1530, y su
culto fue confirmado en 1740.
Micheli, La b.
Stefana Quinzani: memori e documenti, y P. Guerrini,
La prima Legenda Volgare de la b. Stefana Quinzani (1930).
Ver asimismo M. C. Ganay, Les Bses. Dominicaínes
(1913), pp. 545-548, en la que se encuentra una parte de
las relazione de las que hemos hecho mención en
el artículo.
|